Algunos propietarios de inmuebles en las inmediaciones de la calle Platería han contactado con esta Redacción para denunciar que el edificio donde se ubicaba en el pasado la Imprenta Nogués «se está desmoronando entero, y en los últimos años se están hundiendo los techos, pero el Ayuntamiento no quiere declarar la ruina total».

Fachada principal del inmueble en Platería con lonas decorativas | JUAN CARLOS CAVAL

Estos dueños de propiedades que rodean el edificio temen que si se desmorona, además del evidente riesgo para la seguridad de las personas, afecte a sus edificios. «Nadie entiende por qué el Ayuntamiento no avanza para solucionar este problema», indica uno de ellos, que asegura que según el ingeniero de la empresa de derribos contratada por los dueños de la parcela, el Ayuntamiento sólo permite apuntalar, «pero el ingeniero llegó a decir que ahí dentro no se metía y que no firmaba nada bajo su responsabilidad siguiendo las pautas de apuntalar que dice el Ayuntamiento, porque tal y como él lo ve, el inmueble está en unas condiciones que exigen un derribo total del interior», sostiene este promotor que destaca que este profesional también le comentó que no puede arriesgar la vida de sus empleados ante el peligro de que se hunda el edificio sobre ellos.

Otro de los problemas que indica este empresario, que ha preferido no hacer público su nombre, es que el apuntalamiento exterior de la fachada requiere una distancia que no ofrece la estrechez de la calle Platería, por lo que tendría que hacerse en el interior.

Los técnicos de los propietarios, explica, consideran que el inmueble «ha de ser derruido poco a poco, y sería entonces cuando, si fuera necesario, irían apuntalando los edificios colindantes, dado que, aunque cada uno tiene su propia estructura, alguna de las paredes de éstos podría estar apoyada».

No se puede derruir totalmente

Por su parte, el Ayuntamiento de Murcia ha informado que este inmueble tiene un grado de protección 2 en el Plan Especial del Conjunto Histórico (PECHA), lo que significa que no puede derribarse. Sólo se podría proceder al derribo si contara con una Declaración de Ruina Total, tanto técnica como económica, pero no dispone de ella, informan fuentes municipales.

En este momento, el edificio tiene abiertos dos expedientes, uno de ruina parcial y otro de apuntalamiento de la estructura, pero en cualquier caso, no se contempla el derribo «porque es un edificio protegido, no tiene declarada la ruina total y se debe preservar las estructuras básicas, como la fachada».

Por otra parte, desde el Ayuntamiento han querido lanzar un mensaje de tranquilidad a los vecinos y comerciantes de la zona y han informado que los técnicos municipales inspeccionaron el edificio el pasado 17 de junio, y concluyeron que no se podía establecer la declaración de ruina total y que sólo era necesario apuntalar «este bien que es patrimonio de todos», indicaron estas fuentes. El Consistorio en encuentra actualmente «esperando que los técnicos de los dueños del edificio presenten una memoria con lo que quieren hacer, pero no lo han hecho».

Por otra parte, la Dirección General de Bienes Culturales informó ayer que no ha llegado a sus dependencias ninguna solicitud relacionada con este edificio, y que en cualquier caso, la última palabra en este caso siempre la tiene el Ayuntamiento.