Lo publicó ayer el BORM: los afectados por las expropiaciones forzosas en el tramo de las obras del soterramiento a la altura de Barriomar tendrán 15 días para presentar alegaciones. Hace poco menos de un mes, el 11 de marzo, ADIF instó a que se pusiera en marcha el expediente que pondría a disposición los terrenos necesarios -un total de 195 parcelas- para llevar a cabo el proyecto. «La verdad es que no sé qué quieren que aleguemos ahora -dice Manolo Muñoz, uno de los afectados-. Ya expusimos nuestros argumentos cuando se alteró el plan original de obra, que decía que si se tocaban parcelas en esta zona, serían siempre en el margen derecho de la vía [en sentido Murcia-Alcantarilla], donde el coste social sería mucho menor y donde el plan de ordenación ubica una reserva de suelo de unos 14 metros que se había dicho que se usaría para esto, llegado el momento».

A Muñoz, el expediente de expropiación forzosa le toca su casa y su negocio, Panadería Paqui, que desde hace unos meses arrienda a uno de sus antiguos empleados. El suyo, insiste, «sin ánimo de ser la cara visible de nada», es solo un caso más: «A mí me trastoca que me toquen la casa y el local cuyo alquiler yo necesito para complementar mi pensión, que es muy pequeña, pero pienso en la pareja joven a la que le acabo de alquilar el local y que va a tener que dejarlo y luego volver dentro de tres años, ya sin clientela y sin nada. O en Ángel y Finita, mis vecinos, un matrimonio de 85 años que dicen que lo único que quieren es morirse en su casa, que adónde van ahora. Porque, encima, esto no es irse y emprender una nueva vida en cualquier otro barrio, esto es algo supuestamente provisional, tenemos que irnos para volver dentro de un tiempo, sin saber cómo estará la zona, ni nosotros, ni nada».

«No ha venido nadie»

Los vecinos se quejan de que solo han recibido «información formal» por parte de la Administración. «No ha venido nadie a tranquilizarnos y a decirnos nada -explica Muñoz-, por ahora nos enteramos a través del BORM».

De lo poco que tienen claro en el barrio es que los expropiados mantendrán reuniones individuales con la Administración a partir del 25 de mayo. «Se supone que es para negociar las compensaciones económicas y las condiciones en las que se nos van a expropiar las parcelas, pero la verdad es que ponen unas cifras encima de la mesa, por lo que sabemos hasta ahora, que nos duelen. Igual vamos y nos convencen de que no se podía hacer otra cosa, pero mucha gente que vive sola o que no tiene realmente adónde ir...va a ser difícil que se llegue a un acuerdo en varios casos». En el «momento de culminación de tantos años de lucha», los vecinos de Barriomar se enfrentan a una dolorosa paradoja: «No queremos ser obstáculo para la llegada del AVE -concluye Muñoz-, pero creemos que esa llegada no puede ser a costa del bienestar de 180 familias».