Tranquilo, en paz, José Ballesta subió ayer a la tribuna por última vez como alcalde de Murcia con la intención de agradecer a todo su equipo el trabajo que han realizado a su lado durante los últimos seis años. «El de hoy es el discurso más difícil de mi vida. Me invade un sentimiento de gratitud», reconoció.

«Me voy sin resentimiento ni rencor alguno, eso no cabe en mis creencias ni en mis convicciones íntimas. El resentido social se amarga solo, no necesita colaboración, lleva su castigo incorporado», añadía después. En este sentido, pidió estar siempre a la altura de la «brillante» historia de Murcia: «Os deseo que el viento siempre sople a vuestro favor»

Uno a uno, Ballesta agradeció a sus más allegados, todos los concejales populares, la dedicación que le han brindado durante los últimos seis años, cuatro del mandato anterior y dos del actual. «Me han hecho saber el significado último de la palabra lealtad, me han superado en todo», afirmó. 

«Gracias Rebeca, la tierna e incansable Rebeca; gracias Pepe, y dile a Paulita que no llore más por mí; Antonio, el hombre ponderado y discreto; Eduardo, no tomes más berrinches, cuídate, que ya vas teniendo una edad; Jesús, inagotable y entregado; Mercedes, eficaz e inteligente; Felipe, rápido y sincero; Marco Antonio, ponderado y reflexivo; Piti, dulce y generosa; Belén, decidida y brillante». 

También tuvo recuerdo para otros ediles que ya no siguen en la Corporación, como «Roque, Maruja, Lola, Conchita, Rafa...». Para Ballesta, estos son «murcianos honrados todos ellos, cuyo único patrimonio que dejarán a sus hijos y nietos es su honor; sin asignarse hegemonías morales, sin pretender tener monopolios de la honradez con desacomplejados sentidos de superioridad, sin insufribles arrogancias éticas». 

«La humildad, que tantas carencias tapa, no es materia enseñable, pero nada desdeñable», añadió. 

Tras hacer mención a la «deuda impagable de amor y gratitud» de su familia, concluyó reconociendo el «inabarcable orgullo de haber nacido en Murcia. Me marcho como llegué».