La hostelería murciana se viste de nuevo de luto con la muerte ayer viernes a los 86 años de Consuelo Ibáñez Sánchez, esposa y cocinera de Pepe García Sánchez, de 89 años, más conocido por todos como Pepe El Torrao, y madre de cinco hijos, José Ramón, Juan Antonio, Francisco Javier, David y Victor Manuel, cuatro de ellos también dedicados al mundo de la hostelería tras las barras de los populares restaurantes Pepe el Torrao en Ronda Norte, y La Barra del Torrao en la calle Cronista Carlos Valcárcel de Murcia.

Consuelo Ibáñez Sánchez, nacida Santiago y Zaraiche falleció de una insuficiencia cardio respiratoria y ha sido enterrada este sábado, según ha informado el blog de gastronomía murciana 'Las Gastrocrónicas de Paco Hernández'.

En 1965 abrió por primera vez sus puertas, en Ronda Norte, en el castizo barrio de Santa María de Gracia de Murcia, el restaurante Pepe El Torrao de la mano de Pepe García Sánchez y su mujer Consuelo Ibáñez Sánchez, cuya cocina tradicional murciana ha sido obra de Consuelo desde su apertura hasta su jubilación.

Pepe el Torrao nació como un típico bar-restaurante de barrio que hoy día sigue fiel a la filosofía de sus creadores de la mano de sus hijos, cinco hermanos, cuatro de ellos dedicados en cuerpo y alma a la hostelería.

La denominación El Torrao les viene del apodo del padre del fundador, huertano labrador, que obsequiaba con garbanzos ‘torraos’ a los zagales que le ayudaban en los trabajos de la huerta y desde entonces así conocen a Pepe García y a sus hijos, los hermanos Juan Antonio, David y Víctor Manuel García Ibáñez, continuadores de la saga familiar y José Ramón, que dirige el local La Barra del Torrao a pocos metros del local familiar, en la calle Cronista Carlos Valcárcel. El quinto hermano, Javier García Ibáñez, ejerce de asesor gastronómico del resto de sus hermanos.

Tanto en Pepe El Torrao como en La Barra del Torrao, siguen elaborando las más tradicionales tapas heredadas de la cocina de su recién fallecida madre Consuelo, con recetas auténticas como las acelgas de la huerta fritas con ajos tiernos y sardinas «espiscaícas», la magra de chato murciano frita con tomate, las berenjenas ciezanas, alcachofas en distintas elaboraciones, habas frescas con bonito y tomate raf o las habas hervidas a baja temperatura en horno de vapor y después fritas con cebolla y jamón. Todavía hoy, los hijos de Consuelo, continúan elaborando a diario sus recetas de guisos: los lunes, arroz con habichuelas; los martes, ternera en salsa; miércoles, guiso de olla de cerdo; jueves, mondongo; los viernes, albóndigas de bacalao y los domingos, caldero con pescado del Mar Menor (dorada y mújol). Son inolvidables los arroces de Consuelo, su bacalao frito con tomate y sus caballitos.

Cuentan que cuando Lola Flores venía a Murcia le gustaba ir a Casa Perico, donde, antes de abrir su restarurante, trabajaba Pepe, el marido de Consuelo (‘Pepico resalao’, como lo llamaba ‘La Faraona’), para degustar los que ella decía que eran los mejores caballitos de toda Murcia y que hoy todavía podemos disfrutar en Pepe el Torrao y La Barra de El Torrao, con la auténtica receta original.

Según su sobrino Jose, responsable de la tienda de conservas Frinsa en Murcia, «Consuelo, esta santa cocinera, fue de las primeras en mezclar guisos con tapas y mariscos frescos y durante años su cocina fue uno de los referentes de la capital de Murcia ya que venían a visitarla y a probar sus platos desde todas partes de España. La verdad es que de una forma silenciosa entre fogones impregnó mucho amor en cada una de las recetas tradicionales que hacía además de inculcar en sus cinco hijos, sus nietos y sobrinos el respeto y pasión a esta profesión».

Consuelo Ibáñez  Sanchez, según comentan quienes la han conocido, ha sido de esas personas que han pasado por la vida poniendo mucho amor en todo lo que hacía. Siempre con una sonrisa y con una personalidad caracterizada por la bondad. Apasionada de la familia y trabajadora incansable. Una pasión que ha transmitido a sus hijos, sus nietos y sobrinos que han trabajado y continúan haciéndolo en el restaurante familiar.

En definitiva, una gran mujer, esposa, madre, abuela y gran cocinera que siempre será recordada por los buenos momentos que nos ha regalado a miles de murcianos que hemos podido degustar sus platos. Descanse en paz.