Los proyectos de las pedanías están en ‘stand by’, o al menos los más importantes, hasta que llegue la liquidez. Las distintas juntas vecinales están a la espera de disponer de las partidas de los presupuestos municipales de 2020, aprobados en octubre del año pasado. Mientras tanto, tienen que utilizar el dinero del remanente de los ejercicios de 2018 y 2019, es decir, la parte asignada del presupuesto que no se gastó. El concejal de Pedanías y Barrios, asegura que algunas de ellas tienen prácticamente intacto lo que recibieron el año pasado, porque habían utilizado lo que sobró en 2018.

Sin embargo, Antonio Ramírez, alcalde pedáneo de Los Garres (que pertenece a Ciudadanos, el socio de Gobierno del alcalde Ballesta), explica que no todas las pedanías se encuentran en la misma situación. En Los Garres al menos pueden hacer algunas mejoras, como el plan que tienen para instalar mosquiteras en los centros escolares. «Estamos cerca de la sierra, y el protocolo covid obliga a tener las ventanas abiertas, por lo que creemos que es necesario. Nosotros podemos permitirnos esa inversión, que puede rondar los 7.000 u 8.000 euros, pero otras juntas vecinales no se lo podrían permitir», explica.

En el horizonte, en Los Garres también quieren ejecutar proyectos más amplios, hoy por hoy inviables, como el de asfaltar varias calles del pueblo o remodelar tres jardines. «No quiero que acabe la legislatura sin ejecutar estos planes por falta de presupuesto», avisa Antonio Ramírez.

Desde Gea y Truyols, María Rodríguez, también de Cs, aclara que el pueblo no necesita esa inversión con tanta urgencia porque el plan más importante, el de la reforma integraldel colegio, aún está en fase embrionaria. «Los técnicos de descentralización están elaborando el proyecto, que costará unos 60.000 euros», dice la pedánea, que espera que el proyecto esté listo para verano. También plantea remodelar las aceras de la pedanía, pero aún no tiene un presupuesto aproximado para ese proyecto.

Para los problemas de mantenimiento, las juntas vecinales recurren a la partida de gastos corrientes, que suelen utilizar para pequeñas mejoras inmediatas.

Por su parte, el socialista José Francisco Navarro se muestra bastante más crítico con la labor del Ayuntamiento en materia de pedanías y culpa directamente a Ballesta y a las peleas internas en el Gobierno de la situación de abandono: «Es difícil que nos destinen presupuesto mientras se están apuñalando entre ellos y con la presión que hay actualmente en el Gobieno local», recalca el pedáneo.

Asegura que la invesión para Barrios y Pedanías de los últimos presupuestos es demasiado baja, con un descenso del 32%, y dice que solo les llega para hacer pequeñas reformas con el remanente y con los gastos corrientes. «El alcalde lo deja todo para la ciudad; los parques de Murcia están cuidados, Murcia Río, el Plan Sombra... Pero abandona a las pedanías», critica. Pero el Gobierno local defiende que «es raro que no puedan acometer inversiones de 1.000 o 2.000 euros con el remanente y asegura que la partida de los presupuestos llegará en los próximos meses, para verano si sigue su curso».