Los hechos tuvieron lugar en el restaurante Salzillo, ubicado en la calle Cánovas del Castillo de Murcia. Aunque el establecimiento tenía las puertas aparentemente cerradas, los policías escucharon desde la calle movimiento de personas, lo que les hizo presuponer que había gente dentro del local, explican fuentes cercanas al caso.

Las sospechas de los agentes se confirmaron cuando alguien desde el interior del negocio abrió una cortina. Al percatarse de la presencia policial, la cerró rápidamente y, a la vez, los agentes comenzaron a escuchar ruidos en la parte trasera del local: habían abierto la persiana y estaba la gente saliendo.

Alrededor de quince personas permanecían en el restaurante y salieron por detrás. La Policía entró al lugar y vio a los camareros recoger platos y cubiertos de las mesas; además, cuando los agentes entraron la cocina seguía funcionando, y estaban preparando, por ejemplo, arroz.

La Policía Local procedió a identificar al encargado del restaurante, un vecino de Murcia, así como a trabajadores presentes en el mismo. Está prohibido abrir bares en la capital murciana, es una medida que puso López Miras para tratar de frenar los contagios de coronavirus, pandemia que ha segado la vida de más de mil personas solo en la Región.

El responsable será propuesto para recibir una sanción, por saltarse las medidas. Hay que tener en cuenta que la Policía no multa, sino que propone para sanción. Será la Comunidad el organismo que decida si sanciona al local.

No se identificó a ningún cliente. Cuando llegaron los municipales por la parte de atrás, habían salido corriendo, confirman fuentes policiales.

Este diario se puso en contacto con el restaurante, desde donde dijeron que no querían hacer declaraciones al respecto.