A pocas semanas de retirarse y dejar el Café Bar Gran Vía, situado en el emblemático paseo Alfonso X el Sabio de Murcia, Álvaro Jimeno Sarrías, ´Alvarito', que cumplirá 65 años el próximo febrero, asegura que trabajará hasta el último día «sin hacer distinción». «Lo voy a hacer como siempre, sin pena y atendiendo a los clientes de la única manera que sé. Cuando llegue la hora habrá llegado».

Jimeno, natural de Santomera, es el camarero más veterano del local, en el que comenzó a los 23, trece años después de que abriera sus puertas un negocio en el que ha trabajado «para tres generaciones de la misma familia». Reconoce que tiene ganas de jubilarse, circunstancia que ocurrirá el próximo 4 de febrero. «Será mi fiesta de cumpleaños».

«Ya me voy resintiendo de estar todo el día de pie, son muchas horas durante muchos años, pero lo voy a echar de menos. He trabajado toda mi vida en el Café Bar, es mi casa», explica Jimeno.

A partir de ahora sus planes girarán en torno a su familia. «En cuanto me jubile voy a dedicar mi vida a lo que he hecho también todos estos años: cuidar de los míos y disfrutar de ellos, de mis nietos, de mis hijos y de mi mujer». Confiesa que a lo largo de los años ha dejado algunos viajes pendientes que en cuanto la pandemia lo permita quiere hacer. «Me gusta mucho viajar, pero hasta ahora han sido viajes cortos, la hostelería es lo que tiene, uno trabaja cuando los demás descansan».

Una segunda casa

En las últimas cuatro décadas, ´Alvarito', como le conocen, ha visto pasar a miles de murcianos por la barra del Café Bar y ha tomado el pulso de los intereses y preocupaciones de muchos de sus clientes, mientras, a su vez, el propio paseo Alfonso X el Sabio cambiaba.

«He conocido el paseo cuando estaba hecho con terrazo, luego pusieron otra terraza y quitaron jardines que había pegados a la iglesia. Y ahora he vivido otra reforma, que se ha quedado muy bien. Ha tenido mucha aceptación entre los murcianos. Ahora es como mejor está el paseo de todas las versiones que he visto. Es verdad que hace años podía aparcar mi coche casi en la puerta, pero al final te acostumbras a todo y ahora está mucho más embellecido y se ha puesto de moda para pasear por él», relata.

Algo que no ha cambiado es la famosa ensaladilla rusa del Café Bar: «En los últimos 40 años los murcianos siempre nos la han pedido. Ensaladilla o marineras. Siempre nos dicen que es la mejor de Murcia, incluso del mundo». Tanto es así que asegura que hay quienes se la han llevado a Madrid, Granada o Roma. «¡Hasta en Machu Picchu han comido nuestra ensaladilla!».

Jimeno afirma que colgar el uniforme por última vez no va a ser fácil. «Tengo muy buenos amigos entre mis compañeros, pero también entre los clientes, que conozco casi 40 años y son gente de la casa. Por la barra ha pasado una cantidad de gente tremenda, desde jueces, médicos, abogados, arquitectos, políticos. Pero también famosos como Concha Velasco, El Fary, Los Morancos y hasta el Rey Felipe VI cuando era príncipe. Durante su etapa en San Javier solía venir más de un domingo».

Confiesa que en el Café Bar ha vivido «de todo». «Tengo anécdotas como para sentarme a escribir un libro. Desde un cliente que siempre que venía pedía una anchoa cortada en ocho trozos para que le cundiera hasta una vez en la que ayudé a salvar la vida a una mujer. Le dio un ataque de epilepsia y reaccioné rápido. Días más tarde vino y me hizo un regalo en agradecimiento».

«Nada igual al coronavirus»

En más de cuatro décadas de trabajo insiste en que no han vivido en el bar «nada parecido al coronavirus». Los tres meses que estuvieron cerrados más las restricciones a la hostelería que llegaron con la segunda ola de la pandemia dejaron una imagen que nada tenía que ver con lo que él ha conocido. «El bar estaba siempre lleno, con tres filas de gente dentro, la terraza también completa y personas esperando en la acera», recuerda. «Ahora hacemos lo que podemos y lo bueno es que en Murcia hay buena temperatura y los murcianos tenían ganas de volver». Pasaron tres meses sin trabajar, pero admite que no temieron no reabrir. «La gente estaba deseando, preguntando cuándo íbamos a volver. Y cuando abrimos hacían cola para pillar una mesa».

Adiós a una parte del bar

´Alvarito' pondrá punto final a su paso por el popular bar el próximo febrero. Asegura que no ha pensado cómo celebrarlo, pero señala que hay clientes que ya le han avisado de que le harán una fiesta. «Pero, como siga la pandemia, tampoco podrá hacerse algo muy grande. Espero que pase y que podamos hacer una celebración como se merece, que son cuarenta y tantos años».

Admite que también hay quienes se han quejado diciéndole que cuando se jubile «no va a ser lo mismo», pero insiste en que «los compañeros son muy buenos».

Aunque tiene ganas de iniciar la siguiente etapa, tiene claro que volverá: «Cada vez que vaya a Murcia pasaré por el Café Bar. Conozco la receta de la ensaladilla, pero lo complicado es pillarle el punto, así que iré a tomármela», bromea. «Además, volver es algo inevitable. Esa es mi casa y allí van mis amigos».