Los vecinos de la barriada de La Paz que apoyan el proyecto de lavado de cara de la zona que quiere poner en marcha empresario José López Rejas llevaban semanas recogiendo rúbricas para presentarlas en el Consistorio, con el fin de dejar claro su posición y pedir al alcalde, José Ballesta, que agilice la burocracia y otorgue la licencia que falta para que de una vez arranquen las obras.

Este mismo mes de diciembre, López Rejas metía las máquinas en el solar de la antigua escuela infantil de La Paz, para hacer las catas al terreno, pero aún falta papeleo municipal para comenzar los trabajos propiamente dichos. Con este fin, residentes en La Paz se manifestaban este martes desde su barrio al Ayuntamiento, precisamente para llevar al regidor las firmas de adhesión al proyecto que han ido recogiendo.

Los manifestantes portaban pancartas en las que se podía leer 'viviendas dignas', 'alcalde, te necesitamos' y 'SOS Ballesta'. La protesta se llevó a cabo cumpliendo las limitaciones establecidas por la pandemia de coronavirus y fue «muy bien», valoró López Rejas.

«La hemos hecho sin molestar al trafico, respetando a los demás transeúntes. Ha sido realizado todo el acto con mucho respeto y educación por parte de todos los participantes», dijo el promotor, que añadió que «la Policía Local nos ha acompañado en todo el recorrido con mucha educación».

Una vez en la Casa Consistorial, «nos ha recibido la secretaría del alcalde y le hemos entregado la carta solicitando su apoyo. Al final, todos contentos deseando que lo solicitado sea atendido», detalló el empresario.

«Condiciones infrahumanas»

«Siempre tengo una sensación de mucha responsabilidad ante los vecinos. Pero ahora, con el fondo de inversión y el aval en la mano, estoy fuerte y confiado en el buen fin del proyecto», subrayó el promotor, que tiene claro que «este es el momento» para dar por fin forma a una iniciativa que arrancó hace 16 años y aún no ha podido materializarse.

«En La Paz vivimos 1.502 familias, casi 5.000 vecinos, y lo hacemos en condiciones infrahumanas: mayores que, al carecer de ascensor, no pueden bajar a la calle, quedando prisioneros por sus limitaciones físicas», se lee en la carta, firmada por Bienvenida Meroño, presidenta de la Asociación de Propietarios del Polígono de la Paz.