Quince años entre rejas. Es la condena que le ha caído al hombre que violó en repetidas ocasiones a su hija, menor de edad, a la que llegó a dejar embarazada.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario, la Audiencia Provincial de Murcia le aplica al sujeto la pena máxima que se puede imponer por una agresión sexual.

Cuando salga de prisión, el individuo, que admitió en el juicio lo que hizo y dijo que estaba arrepentido, tendrá que pasar seis años de libertad vigilada. Asimismo, ha de indemnizar a la menor con 60.000 euros.

José Antonio López Jiménez, abogado de la víctima, se mostró «muy satisfecho» con la sentencia y apuntó que «ha prevalecido nuestro criterio de entender que el daño moral está por encima de los 15.000 euros que había pedido el Ministerio Fiscal». Valoró la «alegría de la familia, por haber terminado con su pesadilla» y apuntó que «se ha hecho Justicia».

El relato del horror

Detallaba la Fiscalía en su escrito que una de las primeras agresiones tuvo lugar en agosto de 2016, mientras la familia pasaba unos días de vacaciones en la localidad de Palmera (Valencia) en casa de la tía paterna de la menor, cuando «al regresar de la playa y aprovechando que no había ningún adulto en la vivienda, el hombre pidió a la menor que se acostara con él en la cama, bajo el pretexto de descansar. Una vez que ella se acostó y su puso de lado intentando conciliar el sueño, se quitó la ropa y se situó junto a la menor diciéndole que le iba a bajar los pantalones porque hacía calor, procediendo seguidamente a acariciarla por todo el cuerpo y, tras bajarle el bikini, la penetró, y cuando escuchó que su familia regresaba le manifestó: ‘ponte la ropa y hazte la dormida’».

Antes de la Navidad del año 2016, «dijo a su hija que cada vez que quisiera salir con sus amistades, tenía que pasar primero por su habitación, añadiéndole que le daría más dinero para salir. Cuando la menor iba a la habitación del acusado, éste le quitaba la ropa y la tocaba por todo el cuerpo, introduciéndole la mano en la vagina en múltiples ocasiones, mientras la menor le decía que parara porque le daba asco».

«En las ocasiones en las que la menor se negó, le llegaba a apretar en ambas muñecas. Estos hechos tuvieron lugar desde enero de 2017 hasta marzo de 2017 como una vez por semana; siendo que en alguna de las ocasiones le pidió a la menor que le tocara a él, y como ella se negó, la arañó en uno de los brazos», destaca el escrito de la Fiscalía.

Asimismo, «entre los meses de febrero y marzo de 2017, encontrándose en el domicilio familiar y aprovechando que su esposa y madre de la víctima estaba trabajando, pidió a la menor que fuera a su habitación para ver la telenovela que le gustaba, y una vez que aquella se tumbó junto al acusado en la cama, éste la colocó de lado, le quitó la ropa y volvió a penetrarla, tras lo cual le advirtió que no se lo contara a nadie porque él iría a la cárcel y su madre se quedaría sola».

Meses después, de nuevo en la vivienda familiar, el sujeto «llamó a su hija desde su habitación y cuando ésta acudió le manifestó que si quería salir con sus amigas tenía que hacer lo que él le pidiera, diciéndole: ‘si quieres salir, cállate y hazme caso’, para a continuación empujarla hacia la cama e intentar desvestirla, tratando la menor de impedirlo golpeándolo y arañándolo, agarrándola el acusado fuertemente de ambas muñecas, poniendo una manta encima de los dos, consiguiendo desvestirla finalmente y poniéndose encima de la menor, penetrándola».

"Tengo una forma de que te baje la regla"

En otoño de hace ahora tres años, cuando la adolescente se dio cuenta de que estaba embarazada, se lo dijo a su padre y él le dijo que tenía «una forma para que te baje la regla», tras lo cual la violó de nuevo. Le dijo que no gritara porque estaban sus hermanos en la habitación contigua. «A partir del último episodio y a pesar de la negativa de la menor, que trataba de evitarlo, continuó besándola en los labios y acariciándole el pecho y sus partes íntimas», detallaba el Ministerio Público y admitió el propio violador en la sala.

A la adolescente se le practicó un aborto en enero de 2018, sin que se pudieran analizar los restos del feto. Aunque en un primer momento se detuvo también a la madre (dado que había acompañado a su hija a abortar), las investigaciones posteriores, así como el testimonio de la víctima, corroboraron que la mujer no era conocedora de los hechos.