El pleno del Ayuntamiento de Murcia sacó ayer adelante el presupuesto municipal para este año 2020 con el voto en contra de todos los grupos de oposición, que han considerado que las cuentas públicas no tienen en cuenta las necesidades generadas a raíz de la crisis sanitaria del coronavirus, además de lamentar el retraso en su aprobación. PP y Ciudadanos se quedaron solos en la defensa del presupuesto, que asciende a 422,9 millones de euros, un 1,63% menos que en 2019 principalmente por la caída en los ingresos por impuestos y tasas rebajados o cancelados por motivo de la crisis sanitaria del coronavirus, apuntó el concejal de Hacienda, Eduardo Martínez Oliva. Con estas cuentas, ambas formaciones firman la paz tras los encontronazos vividos en los últimos meses.

El edil recordó las grandes cifras de estas cuentas, que ya se presentaron el pasado 13 de octubre, e incluyen un aumento del presupuesto para gastos sociales de un 25%, hasta los 25,1 millones, 5 millones más que en 2019, así como una subida del 33 por ciento en políticas económicas y de empleo, hasta los 6,3 millones, 2,1 millones más que el ejercicio anterior.

Crecerán también un 2% los gastos de personal para afrontar la actualización de los salarios de los funcionarios y por la contratación de profesionales para hacer frente a la crisis sanitaria, mientras que las inversiones bajan de 27,8 a 25,5 millones de euros y, para paliar esa caída, se ha aprobado junto con los presupuestos un expediente extraordinario de crédito de más de 16,2 millones de euros para potenciar el desarrollo urbano de barrios y pedanías.

Oliva insistió en que la crisis del coronavirus ha provocado el retraso en la presentación de estas cuentas, para las que ya había un borrador en el mes de marzo que decayó porque no se correspondía con las nuevas necesidades y hubo que rehacerlo para que no quedase «en papel mojado». Así lo ha confirmado también el primer teniente alcalde y portavoz municipal de Ciudadanos, Mario Gómez, que ha considerado un «ejercicio de responsabilidad» aprobar estas cuentas porque se ajustan a la realidad y aportarán la financiación necesaria para poner en marcha el plan de reactivación socio-económica aprobado a finales de junio por la corporación.

Muy crítica con las cifras del presupuesto se ha mostrado la concejala socialista Carmen Fructuoso, que calificó el presupuesto como «la constatación de un fracaso» porque «llegan tarde y mal» y no serán útiles a dos meses de acabar el año, un retraso inexplicable teniendo mayoría absoluta los socios del Gobierno local. Las cuentas, insistió, serán imposibles de ejecutar, y no atajan los problemas derivados de la crisis del coronavirus porque no aportan fondos para ayudas sociales o fomento del empleo, ya que esas partidas son «pocas e insuficientes», al tiempo que no se concretan los fondos para dar cobertura al citado plan de reactivación.

En ese sentido, lamentó la poca concreción de las partidas, que en su mayor parte hacen alusiones genéricas y no a proyectos «con nombre y apellido», una crítica que ha lanzado también el portavoz municipal de Vox, José Ángel Antelo, que ha asegurado que su partido plantea una «enmienda a la totalidad» a las cuentas porque son «una copia barata» de las de 2019 insistiendo en sus mismos errores.

También lamentó esa falta de voluntad de negociación el portavoz de Podemos, Ginés Ruiz, que consideró que la falta de consenso silencia a todos los votantes de la oposición y «hurta el debate político» sobre las cuentas, algo que es obligatorio por ley.