Dice el viejo y manido refrán que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido y algo así parece estar pasando por la cabeza de muchos murcianos con la Feria de Murcia 2020, mutilada y reducida como obvia y necesaria medida de precaución ante la pandemia del coronavirus. El Ayuntamiento de Murcia y los colectivos festeros del municipio anunciaron en mayo el acuerdo para suspender definitivamente las fiestas este año a causa de la crisis sociosanitaria.

La colección de recuerdos asociados a los actos programados son una parte sustancial del imaginario colectivo huertano. Basta con rememorar nuestra infancia y viajar hasta esas primeras visitas a la Feria de Atracciones en el recinto de la FICA o las primeras incursiones sin la presencia de los padres cuando llegábamos a la adolescencia. Después, con el paso de los años, iríamos comprendiendo (y admirando) las verdaderas dimensiones históricas, sociales e instrumentales de la Feria, mimada y trabajada por generaciones de mujeres y hombres de la tierra que compartían su ilusión por esta fiesta patronal en honor a la Virgen de la Fuensanta y concedida a la ciudad de Murcia por el rey Alfonso X el Sabio el 19 de mayo de 1266.

Superada la herencia de su origen, cuando la feria era un medio por el que se generaban espacios donde intercambiar mercancías, animales o aperos de labranza, ha ido transformándose con el tiempo en una construcción popular apabullante y poliédrica de eventos modernos y tradicionales que reconcilian al murciano con su identidad, fomenta el amor propio y refuerza nuestra pertenencia a la familia murciana, desde su origen hasta el presente con la mirada siempre puesta en la conquista de nuestro destino.

El itinerario icónico

La covid-19 ha transformado, quizá para siempre, nuestras relaciones sociales y la manera en que disfrutamos las tradiciones; por eso este año la Virgen de la Fuensanta permanecerá confinada en la Catedral y no podrá viajar entre multitudes por ese itinerario icónico desde su Santuario del Monte, ni será despedida por las autoridades en la Iglesia del Carmen, arropada y agasajada por los fieles romeros con velones encendidos. Lo que no impedirá la pandemia es que muchos murcianos, en grupos reducidos y controlados, puedan homenajear la historia de las romerías realizando el recorrido en varias fechas, un pequeño alivio para el fervoroso deseo de honrar a la Morenica y a nuestras fiestas.

Con la desaparecida Feria del Ganado y el Día del Caballo se despertaba la curiosidad de los más pequeños y recordaba mejor que ninguna otra actividad los orígenes de la festividad.

Los aficionados taurinos echarán de menos la programación de la empresa Toros Sureste liderada por Ángel Bernal, pero han avisado que ya trabajan para una gran temporada, «un reencuentro triunfal» en 2021 en el coso de La Condomina.

La pandemia también se ha llevado por delante este año buena parte de la banda sonora de nuestra Feria de Murcia y, por tanto, de nuestra vida. Muchos buscarán el eco de las notas que nacían en el Festival Internacional de Folclore en el Mediterráneo, en el Certamen de Tunas o en el Lemon Pop Festival. De lo que sí se pudo disfrutar ayer, cumpliendo con toda la normativa sanitaria, fue de Murcianísimos: un homenaje musical y un viaje generacional que artistas de la Región como Lydia Martín, Tony Beteta,Oché Cortés, Vanesa Soul, o Mamen Cano, entre otros, ofrecieron en el Cuartel de Artillería.

Y esa cita obligada para visitar la Feria del Vino y Los Huertos en el Jardín del Malecón tendrá que aplazarse, pero podremos recordar las risas, las esperas entre casetas y las asambleas amistosas tras el verano asistiendo a los encuentros de gastronomía local que se están preparando en el Mercado de Verónicas.

Otra de las grandes citas de la Feria son los Moros y Cristianos que ha decidido reinventarse para «mantener viva la llama» de la historia a través de diversas plataformas de comunicación online; de manera que hemos podido ver y escuchar una vez más las marchas moras y cristianas, aunque de una manera diferente. Habrá que esperar para perderse entre los campamentos de kábilas y mesnadas. También visibilizaron su tradición con una exposición en la sala de exposiciones de la Glorieta.

La covid-19 tampoco nos va a dejar saber cómo habría evolucionado el creciente protagonismo que estaba adquiriendo el paseo fluvial Murcia Río.

Documentos medievales

La ausencia de la Feria de Murcia no se puede llenar con ninguna otra cosa, pero es posible aliviar esa tristeza hueca si aprovechamos este año para hacer balance de nuestro pasado y de nuestras raíces históricas. Por ello, el Archivo Municipal de Murcia estrenó el pasado 7 de septiembre una exposición dedicada a la Virgen de la Fuensanta y a la Feria. Esa muestra incluye un vídeo en el que La Machacanta (Francisca Magaña) y dos técnicos, del Cendeac y del Museo de la Ciudad, comparten algunas de sus experiencias y aportan capítulos de nuestra historia mientras se exponen documentos conservados en el Archivo como los privilegios reales, actas capitulares, expedientes, carteles, programas y mucha hemeroteca asociada a nuestras fiestas. Varias vitrinas mostrarán impresionantes documentos medievales como el Libro de Privilegios o el de Repartimiento de tierras a los pobladores de Murcia (s. XIII) donde se indica la ubicación de la Feria. En otra vitrina podremos encontrar grabados de la Virgen de la Fuensanta de los siglos XIX y XX y el Acta Capitular de 1429 en la que se cita por vez primera a la Virgen de la Fuensanta y a la Ermita.

Una fiesta que resiste

No es la primera vez que se suspende, la Feria ha hibernado ante revoluciones, guerras y catástrofes naturales en el pasado y ha logrado sobrevivir y reforzarse. Esta pandemia puede que sirva para valorar más que nunca el trabajo y a las personas que están detrás de cada una de las actividades que nos han acompañado a lo largo de los años (muchas de ellas han saltado a la calle para reclamar soluciones y reivindicarse).

Este 2020 puede que también deba ser un año de reflexión sobre cómo adaptarnos a las nuevas circunstancias y restricciones, un punto de inflexión en el que debemos reconocer que hay cosas que se han ido y que no volverán en muchos años y otras que debemos adquirir para que este patrimonio inmaterial de la ciudad florezca de nuevo y sea más hermoso que nunca.

Esta pequeña crónica sentimental incompleta (imposible incluir todas las exposiciones artísticas y artesanas que estaban previstas) ni siquiera hace justicia al tesón y al amor que han puesto tantos murcianos por preservar y enriquecer un legado que nos describe, con el que damos la mano a nuestros antepasados y la bienvenida a las nuevas generaciones.

Lo que puedes hacer, aunque no haya feria

Romería: Un recorrido a modo de homenaje

En grupos reducidos y controlados, los murcianos que lo deseen pueden homenajear la historia de las romerías realizando el tradicional recorrido en varias fechas.

Arte: Una muestra dedicada a la fiesta

El Archivo Municipal de Murcia permite hacer un balance de nuestras raíces históricas con una exposición con documentos medievales dedicada a la Virgen de la Fuensanta y a la Feria.

Moros y cristianos: Sus actos más típicos, online

La Federación de Moros y Cristianos está haciendo uso de las redes sociales para compartir vídeos de sus actos más típicos que permitan disfrutar online de esta

fiesta.