Emilio Llamas será el próximo mayordomo-presidente de la Cofradía de Jesús, más conocida como Los Salzillos. El candidato ha salido elegido en los comicios celebrados ayer por 540 votos frente a los 522 apoyos obtenidos por Juan Bautista Dólera. Los resultados que no se conocieron hasta la madrugada pasada arrojaron un resultado muy ajustado, en el que la diferencia de votos fue de tan solo 18.

El ganador de estos comicios liderará la Cofradía durante los próximos cuatro años después de haber ocupado otros puestos directivos como el de secretario de la Cofradía, comisario de Pasos, de Patrimonio o miembro de la comisión ejecutiva del Museo Salzillo. Entre las propuestas con las que la candidatura de Llamas se presentó destacan la recuperación del legado de Nuestro Padre Jesús, potenciar el papel benéfico de la Cofradía y abrir nuevos cauces de participación para los cofrades.

Tras múltiples interrupciones, la última hace tan solo un mes, finalmente estas elecciones han dado con el sustituto del anterior presidente, Antonio Gómez-Fayrén. Las elecciones no han estado exentas de polémica, pues desde enero han sido múltiples los contratiempos. En un principio, el primer intento de elecciones acabó con la retirada forzada de la candidatura de Emilio Llamas y elección interina de Francisco Sardina. Tras la destitución de éste, las elecciones se convocaron para el pasado 27 de julio. Tan solo dos días antes fueron suspendidas por el Obispo previa petición de la Consejería de Salud, aludiendo a la situación epidemiológica de la Región.

Finalmente ayer se pudieron llevar a cabo unos comicios que no se veían en la Cofradía desde el 2007 en que fuera elegido el expresidente Rafael Cebrián. En las convocatorias de 2011 y 2015 la ausencia de una candidatura alternativa aupó a Gómez-Fayren a la presidencia de la Cofradía más numerosa de la capital murciana, con unos 3.000 cofrades con derecho a voto.

En esta ocasión, pese a una situación del coronavirus más preocupante que en el anterior intento de convocatoria, el Obispado optó por facilitar el voto ante fedatario eclesiástico y la Junta Electoral, para evitar contagios, decidió dividir al electorado entre dos lugares de votación: la Iglesia de Jesús y el Palacio Episcopal, donde ha tenido lugar el recuento a puerta cerrada. Ante esto, Salud prefirió esta vez no volver a interferir y adoptar una actitud de vigilante ante el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias, que fueron muy estrictas.

En estas elecciones ha sido especialmente destacada la cantidad de votos emitidos no presenciales, ya sea ante fedatario eclesiástico o ante un notario, opciones ambas por las que se han decantado los dos candidatos. Por su parte, 674 personas optaron por acudir al Palacio Episcopal entre el martes y el viernes de la semana pasada para ejercer su derecho a voto y descongestionar las mesas el día de la votación. Los votos ante notario recavados de cara a la anterior convocatoria electoral fueron custodiados por el Obispado y contabilizados en mesa tras la votación.