La madre del autor del fratricidio ocurrido en Churra (Murcia) presenció como uno de sus hijos, Francisco V.M., en prisión desde este jueves, acababa con la vida de una de sus hijas, a la que, presuntamente, apuñaló con un cuchillo de caza y sin que ella pudiera hacer nada por impedirlo por su edad avanzada -92 años- y sus limitaciones físicas.

Fuentes cercanas a la familia han dicho que pese a que la anciana fue testigo directo de los hechos, ocurridos en el salón de la vivienda familiar, sus hijos han pedido a la Policía que no la llame a declarar porque podría afectarle por su delicado estado de salud y al estar muy afectada por lo sucedido.

Las fuentes han añadido que esta mujer reveló a su familia que se encontraba sentada en el salón de la vivienda, viendo la televisión, cuando observó la discusión de los hermanos, motivada porque el presunto fratricida no quería que se lavara allí la ropa de otra hija que no vive en ese domicilio por temor a que los contagiara del coronavirus.

También les comentó que vio cómo Francisco V.M., supuestamente, asestaba varias puñaladas a su hermana G.V.M., hasta que esta cayó al suelo y le dio otra antes de marcharse de allí, para añadir que había que tener la sangre muy fría para actuar así.

Los familiares han comentado así mismo que el presunto autor del crimen estuvo una temporada internado en la Unidad de Psiquiatría del hospital Morales Meseguer de Murcia, donde le prescribieron unos fármacos al recibir el alta pero que, al parecer, no se los tomaba regularmente.

Las fuentes han señalado también que el comportamiento “extraño” de este hombre y su agresividad se vieron agudizados con motivo de la pandemia por el coronavirus, ya que tenía el temor de que los visitantes de la vivienda en la que residía con su madre y otro hermano pudieran contagiarlos a él mismo y a aquella, al ser ambos personal de riesgo.

Por eso no quería que se lavara allí la ropa de la hermana que no vive con ellos y que reside en otro pueblo, al temer ese contagio, actitud con la que no estaba de acuerdo la víctima del crimen.

Debido a las supuestas amenazas del presunto fratricida, que se entregó en la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia el mismo día de los hechos, este lunes, una de sus hermanas quiso denunciarlo tiempo atrás, pero otras se lo quitaron de la cabeza para no dar un disgusto a la madre.

El supuesto autor del mortal apuñalamiento admitió en su declaración a la Policía haber discutido con su hermana por el motivo apuntado, pero sin recordar las circunstancias en las que esta encontró la muerte.

Y añadió que tras el crimen viajó en autobús a Cieza (Murcia), donde pensaba entrevistarse con un amigo para contarle lo ocurrido y para entrar en la iglesia a confesarse, pero que al no encontrar al primero y al estar el templo cerrado decidió regresar a la capital murciana.

Ya de vuelta, entró en una iglesia, se confesó, escuchó misa, rezó el rosario y entregó más de mil euros al párroco para que lo repartiera entre los más pobres.

El juzgado de guardia de Murcia ordenaba este jueves su ingreso en prisión como presunto autor de un delito de homicidio o asesinato, según se concrete con el desarrollo de las investigaciones.

En la resolución se indica que se toma esa medida por la gravedad de los hechos y la elevada pena que podría serle impuesta caso de ser hallado culpable y, también, para evitar el riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.