Héctor V. M., que presuntamente mató a su padre, el doctor Villegas, a cuchilladas en el portal de su casa de Murcia, se acogió a su derecho a no declarar ante la Policía, fue sometido el miércoles a un estudio sobre su salud mental en la Unidad de Psiquiatría de un hospital de la Región y este jueves fue llevado al Juzgado de Guardia de Murcia, que decretó su ingresó en prisión provisional. En sede judicial, el sujeto admitió lo que había hecho.

Aunque en la Jefatura de la calle Ceballos no dijo nada, en sede judicial habría reconocido lo que sí contó en su momento a la patrulla de la Benemérita que lo encontró en el pueblo de Albacete al que huyó con el coche: que había apuñalado a su progenitor.

También relató al juez que a su padre lo golpeó en la cabeza con un triángulo de señalización de averías antes de acuchillarlo.

Alegó que se sentía «cargado de rabia» y, a la vez, «deprimido», y que, antes de irse, propinó a su progenitor puñetazos y patadas, una vez que le había apuñalado varias veces, sin que el doctor José Antonio Villegas tuviese la mínima posibilidad de defenderse.

Se da la circunstancia de que Héctor visitó a sus padres apenas tres días antes del crimen para amenazarlos de muerte. Este dato ha sido revelado por la propia viuda del doctor José Antonio Villegas, madre, a su vez, del sospechoso. De hecho, la mujer, que descubrió el cadáver de su esposo, intuyó desde el primer momento que su hijo estaba detrás del crimen.

Aquel día, Héctor V. M. habló a sus progenitores de tal manera que ellos fueron al día siguiente a Urgencias porque tenían ansiedad: temían por sus vidas.

Ante el juez, no obstante, el joven dijo que ni a su madre ni a su hermana las habría atacado nunca: que el principal receptor de su ira era su progenitor.

Las investigaciones desarrolladas por la Policía Nacional desde el momento en que la mujer llamó para comunicar que acababa de descubrir el cuerpo de su marido en un gran charco de sangre han permitido conocer también que ya en 2016 presentaron una denuncia contra el hijo.

Fue tras la agresión que el padre sufrió en su consulta al ser golpeado, presuntamente, por el ahora detenido con un bate de béisbol, pero, finalmente, la denuncia fue retirada y Héctor V. M. fue ingresado entonces en un centro psiquiátrico.

Este individuo, de 34 años de edad, asistió al registro de su domicilio, ubicado a escasa distancia del de sus padres, del que los agentes policiales, según han indicado a Efe fuentes vecinales, salieron con diverso material.

Entre ese material se encontraría un rifle y botellas de aire comprimido, que se unirían a las dos pistolas que el presunto parricida entregó a la Guardia Civil cuando se entregó a la misma en el municipio de Albacete en el que paró el coche y llamó al 112 para contar que había apuñalado a su padre.

«Agradecemos mucho las muestras de cariño y respeto que estamos recibiendo por la muerte de mi padre», escribía la hija del difunto, la también doctora Irene Villegas, que añadía: «Se nos ha ido un gran científico y aún mejor persona. Descansa, papá. Nos veremos en otro multiverso».