La esposa de José Antonio Villegas, el médico que el martes apareció muerto a puñaladas en la entrada a su vivienda de Murcia, sospechó desde el primer momento de su hijo, que poco después se confesaba autor de los hechos ante la Guardia Civil de Liétor (Albacete), donde fue detenido cuando tenía en su poder dos pistolas de aire comprimido y un cuchillo.

Así lo manifestó la madre del presunto parricida a los funcionarios policiales, que acudieron a la vivienda, situada en la calle Infanta Cristina, y que encontraron a la mujer junto al cuerpo sin vida de su marido, el hermano del consejero de Salud, Manuel Villegas, quien era especialista en medicina del deporte y que yacía en una gran mancha de sangre, según fuentes cercanas a la investigación.

Fue precisamente la esposa la que, extrañada por el largo tiempo transcurrido desde el momento en que -como hacía todas las mañanas- había sacado a pasear al perro, fue en su busca, y se lo encontró en la entrada del inmueble, ubicado en las inmediaciones de otro edificio donde residía el hijo.

Cuando los agentes de la Guardia Civil encontraron a Héctor V. M, de 34 años, en la carretera que conduce al pantano del Talave, en el citado municipio albacetense -lugar al que acudieron ante las sospechas que levantó en unos vecinos de la zona-, el presunto autor del crimen llevaba numerosas manchas de sangre en ropa y calzado y en su cuerpo. El detenido confesó a los agentes que las mismas procedían tanto del padre como de él mismo, ya que en el forcejeo con aquel también había resultado herido.

De hecho, los guardias civiles observaron que presentaba varias heridas en su cuerpo, que él mismo se había curado con el botiquín que, aseguró, suele llevar en su coche.

En la bolsa que el hijo de la víctima arrojó al arcén de la carretera a la llegada de los agentes fueron encontradas unas hojas manuscritas en las que se indicaba que solo debían ser abiertas por los agentes de la ley, el juez u otro representante de la Justicia, pero cuyo contenido no ha sido revelado.

El presunto parricida fue ayer trasladado a la Unidad de Psiquiatría de un hospital de Murcia para ser examinado de su estado mental y poder determinar si sufre algún tipo de anomalía que anula o altera sus facultades volitivas e intelectivas.

Tres horas herido de gravedad

José Antonio Villegas falleció como consecuencia de las numerosas puñaladas que le asestó, presuntamente, su hijo, algunas de las cuales afectaron a zonas vitales, como el cuello. Fuentes cercanas al caso afirman que, como consecuencia de los cortes producidos, supuestamente, por el arma blanca recogida en la escena del crimen, el fallecido sufrió una gran hemorragia, lo que le provocó un shock hipovolémico al quedarse sin riego sanguíneo órganos vitales, provocándole finalmente la muerte.

Las fuentes consideran que de ser cierto lo declarado por el autor confeso del hecho al entregarse a la Guardia Civil, que fijó el apuñalamiento en las 5.20 horas, Villegas no habría llegado a salir del edificio y habría permanecido herido de gravedad durante casi tres horas, hasta que fue descubierto por su esposa ya sin signo vital alguno.