La Raya es una pedanía enmarcada en el centro de la huerta, sirve de nexo de unión con otras limítrofes para poder acceder a la Zona Norte -Universidades, centros comerciales, y rutas alternas a la Autovía A-30- en horas punta. Su ubicación está inmersa en un complejo entramado de cauces de riego que facilitan el cultivo, incluso aún hay vecinos que realizan plantaciones y sacan productos para su autoconsumo y venta en mercados, independientemente de las plantaciones de cítricos que se mantienen activas.

«Desde que asumimos la responsabilidad de gobernar este pueblo, hemos cambiado el significado de su gestión, pues consideramos que ha sido olvidada y saqueada», relata José Hernández, su pedáneo. «La gestión anterior destruyó nuestras bases históricas, como fueron los molinos de pimentón con todos sus elementos, soterraron la mejor acequia que se ha podido conocer por nuestros contornos, encauzada y llena de flores y con enredaderas a su paso por el pueblo; por lo tanto, tuvimos que echarle valor y coger la gobernanza».

Se han realizado infinidad de actuaciones de todo tipo: cambios en infraestructuras; acondicionamiento y construcción de muchas aceras; mejoras importantes en el colegio; ayudas sociales a personas necesitadas; integración de inmigrantes; ayuda al estudio para pequeños y mayores; facilidedes en el acceso en busca de trabajo a jóvenes; ayudar a la cultura, con exposiciones históricas y modernas; grupo de talleres y representaciones teatrales; ayuda y soporte al deporte con la creación del Equipo de Rugby de La Raya; y sus famosas e importantes costumbres festeras, cursos sobre producciones agrícolas y siempre al lado de los vecinos y vecinas, tratando que sus demandas sean escuchadas y solucionadas a la mayor brevedad posible.

Además, hay importantes proyectos en trámite de ejecución, como la construcción de la Senda Verde sobre el cauce soterrado de la acequia Puxmarina; la construcción de un jardín para niños y mayores; el adoquinado de calles en el casco urbano que faciliten su uso en días de lluvias; ensanche y asfalto de caminos; o medidas de seguridad en la circulación.

«La Raya necesita que, por parte del Ayuntamiento, nos entiendan y respeten, tenemos lo más preciado y bonito de los pueblos cercanos al río Segura, sin que se haga nada por activar lo que la naturaleza nos ha regalado, con zonas verdes en sus márgenes aptas para el paseo y el deporte», destaca Hernández. «La Acequia Mayor de Barreras a nuestros pies, totalmente olvidada y desgranándose por las lluvias y falta de mantenimiento de sus muros, son zonas muy valoradas pero a la vez olvidadas». «Si queremos mantener nuestro medio ambiente activo y poder disfrutarlo, se necesita voluntad política y buena gestión para hacerlos practicables y poder usarlos debidamente. Nos encanta vivir en la huerta».

«Reclamamos un terreno para el jardín, una sala de estudio, más presencia policial, un edificio para nuestros mayores y colectores de drenaje de aguas pluviales, que eviten inundaciones y cortes de vías», concluye.