Las 11 piscinas municipales de Murcia (excepto la de Espinardo, cerrada por obras) reabren al público este martes 31 de junio con en torno a un 30 por ciento de su aforo habitual para garantizar la seguridad frente al coronavirus, y con los mismos precios y bonificaciones de la temporada pasada.

Las instalaciones estarán abiertas hasta el próximo 6 de septiembre en horario de 11 a 20 horas de martes a viernes y de 10 a 20 horas los sábados, domingos y festivos.

Todas las instalaciones estarán vigiladas por dos socorristas, excepto la de Murcia Parque, que contará con cinco, y los aforos se reducirán drásticamente para permitir guardar una distancia de 1,5 metros entre los usuarios.En concreto, se permitirá la entrada a 94 personas en la piscina de Aljucer (con un aforo habitual de 350 bañistas), 83 en Alquerías (frente a los 350 habituales), 75 en Corvera (de un total de 100), 103 en El Palmar (de sus habituales 150), 112 en El Palmar (de 150), 37 en La Ñora (de los anteriores 100), 187 en Murcia Parque (donde se llegaba al millar antes del covid), 72 en Puente Tocinos (de los 350 anteriores), 58 en Rincón de Seca (antes 300), 166 en Sangonera la Seca (antes eran 300) y 68 en Sangonera la Verde (de un total de 350).

De esa manera, la ocupación total de las piscinas queda reducida a en torno un 30 por ciento de su capacidad habitual, siguiendo las recomendaciones dadas por la comunidad autónoma y las dimensiones de cada una de las instalaciones.

En cuanto a la forma de pago, será exclusivamente con tarjeta bancaria y no se aceptarán pagos en efectivo. Las tarifas son las mismas que ya había el verano pasado: 2,35 euros para los niños y adolescentes de 4 a 17 años y 4,35 euros para los mayores de edad, además de bonos de 15 o 30 baños por precios de 17,55 y 28,65 para los menores y de 25,40 y 39,65 para los mayores de edad, respectivamente. Los desempleados tendrán una bonificación del 50 por ciento del precio y sus hijos menores de edad accederán gratis.

Se pondrán geles hidroalcohólicos a disposición de los usuarios y se llevarán a cabo limpiezas frecuentes de los espacios y materiales, sobre todo, las zonas de uso compartido. Se eliminarán los servicios de guardarropa, y tampoco se podrán utilizar tumbonas, hamacas, sillas o mesas, ni las fuentes de agua potable.