Vecinos del edificio Fraymon, en la avenida Miguel de Cervantes de Murcia, afirman que llevan mucho tiempo aguantando las molestias que causan las golondrinas que han anidado en el inmueble. Según comentan, los excrementos de estas aves dañan tanto la fachada del edificio como la acera, donde caen.

María Luisa, una vecina de la zona, considera que la proliferación de estos pájaros tiene la culpa de la cantidad de mosquitos que hay en el lugar. Una situación que se agrava en verano, cuando «los mosquitos nos comen», lo cual achaca a «falta de higiene».

Sin embargo, la realidad es que las golondrinas son unas enormes consumidoras de moscas y mosquitos durante el periodo primaveral y estival.

El edificio Fraymon (que se llama así por la empresa que llegó a construir los embragues que, allá por los años 60 y 70 se impusieron en el mercado europeo) está literalmente tomado por los nidos («de barro», detalla María Luisa) que han ido construyendo estas aves en la fachada: hay una hilera de los mismos que rodea el inmueble entero.

Las heces de estos animales se desprenden hasta el pavimento y salpican, asimismo, las persianas de negocios que hay en locales comerciales situados en los bajos del edificio.

«Hay un salón de belleza y tienen que bajar la persiana, porque el cristal enorme está todo lleno de lo de los 'animalicos', que hacen sus necesidades», explica María Luisa, de 81 años, que insiste en que «la gente que tiene su negocio está muy mal».

«Soy de una protectora ya cuarenta años y me da lástima», afirma sobre las golondrinas, que han tomado los 14 pisos de Fraymon.

Sanciones de 200.000 euros

La comunidad de propietarios del edificio ya fue advertida de que, si se retiraban estos nidos, podrían recibir una multa. Se da la circunstancia de que las golondrinas son especies protegidas a nivel nacional y europeo, así como sus pollos, nidos y huevos. Destruirlos supone una infracción grave sancionable con multas de 5.001 a 200.000 euros.

Preguntados por este asunto, desde el Ayuntamiento de Murcia indicaron que operarios limpiarán la acera, puesto que se trata de la vía pública, al tiempo que detallaron que, en lo que respecta a los nidos en la fachada, ha de hacerse cargo la comunidad del edificio, puesto que se trata de una propiedad privada. Al igual que ocurre con los establecimientos de los bajos: son privados.