«Señor alcalde, nosotros somos pequeños, pero pagamos nuestros impuestos», decía una mujer, megáfono en mano, en la puerta del Ayuntamiento de Murcia, donde se concentraban vendedores ambulantes del municipio, que llevan meses viendo cómo su actividad está mermada por culpa del coronavirus.

Portaban pancartas en las que se podía leer 'López Miras y Ballesta, hambre a la venta ambulante' y 'No a la discriminación: somos comerciantes, igual que los demás'. Llevan semanas exigiendo poder trabajar, en los mercadillos del municipio, al igual que están trabajando ya quienes tienen una tienda.

«Solamente queremos trabajar, los puestos al cien por cien, todos: tanto ropa como zapatos como verdura como fruta, y vamos a conseguirlo, si Dios quiere», subrayaba la mujer, con la mascarilla bajo la barbilla para que sus palabras, amplificadas por el megáfono, se escuchasen bien.

Más pancartas: 'Obligados en Murcia a mendigar para poder conseguir que nos dejen trabajar'. y 'Estamos pasando hambre'. Los presentes también hicieron sonar cacerolas, para que se les oyese en el Consistorio.

No es la primera protesta que miembros de este gremio protagonizan: salieron con sus camiones recientemente. Consideraron entonces que la reivindicación había sido un éxito, pero afirman que los dirigentes de La Glorieta siguen sin darles soluciones.