El Hotel Arco de San Juan de Murcia ha cerrado sus puertas para siempre este lunes, tal y como comunicó que haría la empresa propietaria, la familia del Marqués de Mondéjar, a principios de mes. Pese al cese del servicio hostelero, la actividad continúa dentro del alojamiento aunque ya no albergue huéspedes, dado que sus trabajadores se encuentran obligados a continuar con sus labores hasta el próximo 12 de marzo.

Los empleados del emblemático hotel murciano supieron del cierre del hotel y del ERE que se iba a llevar a cabo a principios del mes de febrero, pero, tras semanas de negociaciones con la empresa sobre las condiciones del despido colectivo, no han recibido la carta del mismo hasta el pasado 28 de febrero.

De esta forma, deben cumplir con su jornada hasta el 12 de marzo, cumpliendo con los 15 días del preaviso pertinentes tras la comunicación del cese del contrato laboral. Así, aunque el portón del hotel permanece cerrado, de 08:00 a 23:00 horas en su interior los trabajadores realizan tareas principalmente administrativas, ya que la ausencia de clientes no les demanda la ejecución de tareas asociadas al servicio de habitaciones.

Al igual que el bar del establecimiento sí que estará abierto al público hasta el día 10 de marzo, los trabajadores no entienden "por qué no han dejado huéspedes hasta el mismo día 12, si igualmente tenemos que estar aquí", se pregunta José Manuel Aracil, el representante del personal. "Hemos cancelado más de 5.000 reservas, que han sido derivadas a otros alojamientos o anuladas, cuando podríamos haberlas asumido", explica a LA OPINIÓN. Para los trabajadores, la situación que están viviendo "no tiene ningún sentido".

"Dificultades que ralentizan el negocio", las causas del cierre

Los propietarios anunciaron «dificultades que ralentizan el negocio» para justificar el cierre del establecimiento y consecuente despido de los trabajadores del mismo, que abrió sus puertas hace 30 años y está valorado en unos once millones de euros.

Los propietarios llevaban varios años tratando de encontrar comprador, pero nadie ha aceptado el precio que pedían, por lo que han decidido echar el cierre para poner a la venta el hotel. El inmueble está calificado por el Ayuntamiento de Murcia como residencial y hotelero, por lo que no se descarta que pudiera ser remodelado para albegar apartamentos turísticos.

El Arco de San Juan había sido inicialmente un hotel de cuatro estrellas, pero hace algunos años renunció a una de ellas para tratar de conseguir más clientes con tres estrellas. Sin embargo, no ha llegado a lograr el volumen de negocio para mantenerse y según fuentes de la dirección consultadas por esta redacción, estaba arrojando unas pérdidas de más de 30.000 euros al mes. No obstante, los empleados niegan estas cifras y aseguran que, por ejemplo, desde el 14 de febrero hasta su cierre han obtenido ganancias.

El edificio que ocupa el Arco de San Juan tiene una larga historia, dado que el anterior marqués de Mondéjar ya fallecido, Nicolás Cotoner y Cotoner, mantuvo una estrecha relación con el rey emérito, Juan Carlos I, al haberse encargado de su formación cuando llegó a España siendo príncipe. Fue también el primer jefe de la Casa del Príncipe y de la Casa Real.

Por eso, durante su estancia en la Academia General del Aire de San Javier, cuando estaba de permiso, el monarca se alojaba en la vivienda que tenía el marqués en la plaza Ceballos.