Casa Cerdá, uno de los edificios más emblemáticos del centro de Murcia, se encuentra acordonado. El motivo, según informan desde Policía Local, es un desprendimiento de cascotes.

Los agentes informan de que el sistema de prevención se mantendrá hasta que la rotura se repare. No son capaces de poner un plazo, pero tienen claro que la situación se alargará, como mínimo, todo lo que queda de domingo.

Casa Cerdá está a la espera de una remodelación después de que el empresario Trinitario Casanova, a través del grupo Baraka, vendiera el inmueble hace unos meses. Fue adquirida por El Ciruelo, una empresa murciana dedicada a la producción y exportación de fruta de hueso que está en pleno proceso de expansión, según indicaron a La Opinión fuentes del sector inmobiliario conocedoras de esta operación.

Las mismas fuentes explicaron que la venta se cerró hace unas semanas y que el nuevo dueño habría desembolsado unos 20 millones de euros por el edificio completo, incluidos los bajos comerciales que irán destinados a reubicar a la cadena de comida rápida Burger King.