Cabizbajo y esposado, custodiado por dos agentes de la Policía Nacional, llegaba Ezequiel A. H., el presunto asesino de la activista y refugiada en España Doris Valenzuela, a su juicio en la Audiencia Provincial de Murcia. Arrancaba la vista cinco minutos antes de las doce y media, tras la formación del jurado. Y Ezequiel, poco después, lo reconocía todo.

Este sujeto está acusado de apuñalar hasta la muerte a su esposa en presencia de los tres hijos de ambos, a los que amenazó con el mismo cuchillo que había utilizado para quitarle la vida a su mujer en una vivienda ubicada en Puerta de Orihuela, allá por abril del año 2018. Se da la circunstancia de que, días antes de que la matasen, la mujer había solicitado información sobre cómo divorciarse. Este individuo había venido desde Gerona, donde fue mandado «sancionado por el programa de Cruz Roja por conflictos en el ámbito familiar», recordaba la fiscal, Concha López, en su intervención de ayer.

En su declaración, este sujeto admitió los hechos. Aunque lo hizo siendo parco en palabras, limitándose a asentir. A preguntas de la fiscal, reconoció que mató a Doris Valenzuela. Contestaba con monosílabos, solo «sí» a lo que iba enumerando la representante del Ministerio Público: si reconocía haber matado a Doris, si reconocía haber amenazado a sus hijos. Todo un sí.

La Fiscalía pide para este individuo penas que suman 17 años de prisión. No obstante, al reconocer el sujeto el crimen, podría ser modificada esta petición.

«Doris lo único que quería era seguir en libertad, desde el punto de vista político y moral», destacó la fiscal. «No solamente hubo una muerte violenta, sino una agresión psicológica a los tres hijos que acudieron al auxilio de su madre», remarcó.

En el turno de palabra de las partes, la abogada defensora de Ezequiel A. H., Blanca Castillo, dijo al jurado que este sujeto «viene de un país donde la violencia es el pan nuestro de cada día, donde dos de sus hijos habían sido asesinados».

Castillo, que defiende a este individuo porque así le tocó en el Turno de Oficio, apuntó que el hombre se fue a Gerona «por obligación» y se encontró «en una ciudad donde no tenía a nadie». Su cliente «tiene derecho a que se le escuche», subrayó, antes de que declarase el propio procesado, a lo que añadió que el hombre, cuando volvió a Murcia desde Cataluña, no lo hizo con la idea de matar a Doris. «No podemos obviar que su mujer ha fallecido», precisó la abogada, al tiempo que recordó que todas las personas tienen derecho a ser defendidas y tener un juicio justo.

Minutos después, cuando le tocaba declaran a Ezequiel A. H., Castillo preguntó a su cliente si se arrepentía de los hechos, por lo que está en prisión provisional desde que fue detenido, el mismo día del crimen. Él dijo que sí, que se arrepiente. Aunque, una vez más, se limitó a pronunciar el monosílabo, sin más comentarios.

Cuando hay un reconocimiento de los hechos en sede judicial, la pena baja. Que el acusado muestre arrepentimiento es algo que el Jurado también podría tener en cuenta a la hora de dictar un veredicto, el cual será previsiblemente der culpabilidad, al haber admitido Ezequiel A. H. haber sido el autor del crimen.