La portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia, Rebeca Pérez, ha afirmado este viernes que en estos momentos la posibilidad de restringir o cortar el tráfico en el Puente Viejo "no es una prioridad". Esta infraestructura cuenta ya con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento.

Pérez, al ser preguntada por esta cuestión tras informar de los acuerdos de la Junta, ha dicho que el Consistorio "está inmerso en un plan de movilidad metropolitano que tiene afección sobre el tráfico en el municipio de Murcia".

El Ayuntamiento, defiende, "trabaja intensamente en calmados y restricción de tráfico en zonas de Murcia y se sometió a estudio también el Puente Viejo, pero no es que sea una prioridad para nosotros".

Ha recordado que en 2017 se hizo un estudio de la infraestructura desde el punto de vista técnico y en virtud del informe "se mandó un mensaje de tranquilidad, porque se encuentra en buenas condiciones para aguantar el tráfico rodado, como lo está haciendo hasta ahora".

"Eso no significa que no planteemos restricciones al tráfico a futuro, como lo estamos haciendo en otras zonas de la ciudad, en la zona de San Nicolás o en calle Riquelme, donde en este momento se está abordando la planificación para implementar el sistema de calmado de tráfico y restricción a todo el entorno", ha señalado.

DECLARACIÓN DE BIC DEL PUENTE VIEJO

La declaración como BIC del Puente Viejo establece que las intervenciones que se realicen en el monumento y su entorno deberán ir encaminadas a su conservación y mejora, compatibilizándolas con los usos tradicionales del elemento y el entorno en que se inscribe.

Cualquier intervención que se realice en el monumento y su entorno distinta a las propias de los usos tradicionales deberá contar con la previa supervisión y autorización de la Dirección General de Bienes Culturales.

El Puente Viejo constituye un elemento esencial en la configuración del paisaje urbano de Murcia y en la relación de la ciudad con el río Segura.

Esta infraestructura, cuya primera piedra fue colocada el 10 de septiembre de 1718, fue construida hace casi tres siglos, sustituyendo al anterior puente destruido en 1701 como consecuencia de una de las numerosas riadas que a lo largo de los años asolaron Murcia.

Junto a la imagen de la torre de la Catedral y las edificaciones del antiguo Arenal, conforma la imagen más emblemática de Murcia, como ciudad surgida al amparo del río Segura y su huerta.

Se ubica en el lugar de confluencia de los principales itinerarios de la antigua ciudad medieval, constituyéndose en el elemento generador de su expansión y verdadero nodo de la trama urbana de Murcia.

Desde el punto de vista estrictamente material, se trata de una obra de ingeniería del siglo XVIII de primer orden, que vino a dar solución al problema de la relación de la ciudad con el río, articulando elementos de regulación y aprovechamiento de su cauce, mediante el azud.

Tras la riada de 1701 que destruyó el antiguo Puente de Alcázar y dejó durante varios años incomunicada la ciudad, en 1718 se encargó la construcción de un puente de piedra al maestro Toribio Martínez de la Vega, con un presupuesto cercano al medio millón de reales.

El proyecto de Martínez de la Vega planteaba un puente de dos arcos con un sólido tajamar central, asentado sobre el azud. La obra se paralizó por falta de recursos.

En marzo del 1739 se reiniciaron los trabajos bajo la dirección de Jaime Bort, quien colocó las claves siete años después. En 1740 se colocó la imagen de la Virgen de los Peligros en el estribo derecho del puente; de ahí que se conozca también como 'Puente de los Peligros'.

Jaime Bort añadió también los templetes sobre los tajamares, en los que se instalaron las imágenes de San Miguel y San Rafael, realizadas por Joaquín Laguna. Estos templetes desaparecerían con las ampliaciones realizadas en el siglo XIX para ensanchar las aceras mediante una estructura metálica.

La denominación popular de puente de los Peligros se debe a la presencia a su lado de una hornacina que guarda la imagen de una virgen denominada de los Peligros, colocada el 12 de septiembre de 1742, de profunda veneración en la ciudad.

El Puente Viejo fue el primer puente de la historia de Murcia que aguantó sin problemas las periódicas inundaciones del río Segura, incluyendo la gran riada de Santa Teresa de 1879.