Las obras para levantar en la calle Trapería de Murcia un nuevo edificio de lujo podrán continuar tras un parón de seis meses en el que las máquinas excavadoras han dejado paso a los arqueólogos.

Desde que los especialistas entraran el pasado verano en este espacio del centro de la ciudad para analizar el valor de los restos que habían aparecido tras derribarse el inmueble conocido como el edificio de La Oca, los trabajos de la empresa constructora se habían quedado en el aire a la espera del informe de los expertos, quienes debían determinar qué se hacía con los restos y si estos debían conservarse.

Estos últimos días las máquinas han vuelto al solar del antiguo edificio de La Oca y es que, según explican a LA OPINIÓN desde el Ayuntamiento de Murcia, ''la excavación está en su última fase y únicamente ha aparecido el final de cimentaciones en muy mal estado''.

En este caso, la escasa relevancia de los restos que han aparecido en este terreno y el mal estado que presentan han hecho que «hasta el momento no haya propuesta de conservación, ni por los arqueólogos municipales ni por los de la Dirección General de Bienes Culturales» de la Comunidad Autónoma, dependientes de la Consejería de Educación y Cultura. No obstante, desde el Consistorio insisten en que ''todo está documentado'' y ''no hay propuesta de conservación''. Lo que hace indicar que las obras se retomarán tal y como estaban previstas en el proyecto inicial.

La propia arqueóloga municipal, Carmen Martínez, ya informó de que en esta zona de la ciudad habían aparecido estructuras y muros medievales, ya que ha sido ella la que se ha encargado de supervisar los trabajos que lleva a cabo el equipo contratado por la propia empresa.

La especialista del Ayuntamiento adelantó que «estos muros y lo que ha aparecido están dentro de la normalidad», ya que contaban con que, debido al diseño de la ciudad, era posible que estas estructuras estuvieran bajo la superficie en la que se levantó el antiguo edificio de La Oca. Un espacio en el que antes estuvo la sede del Banco Central Hispanoamericano. En este solar el Banco Sabadell ha proyectado un edificio de viviendas de lujo cuyas obras han tenido que ir precedidas de los correspondientes estudios arqueológicos, en los que se ha analizado el valor de los restos.

El inmueble fue adquirido por la CAM (Caja de Ahorros Mediterráneo) unos años antes de que ésta fuera intervenida por el Banco de España. Su objetivo era construir en este solar su nueva sede, a la que quería trasladar sus servicios centrales. Con esta operación, que nunca llegó a materializarse, la CAM quería liberar el edificio de los Soportales para convertirlo en un gran centro cultural en una de las principales calles de la capital. Ahora, el solar está tomado por las máquinas, aunque éstas permanecen paradas a la espera de que terminen su trabajo los arqueólogos y se les dé vía libre para poder iniciar las obras de construcción.

El Ayuntamiento de Murcia ha concedido a los promotores licencia para demoler el antiguo edificio y hacer la excavación arqueológica, mientras que la licencia para construir el nuevo es posterior. Además, la normativa establece que el nuevo inmueble que se levante deberá conservar la fachada principal original, ya que está protegida al encontrarse el edificio en el entorno BIC de la Catedral.

El solar, de 363 metros cuadrados y una edificabilidad aproximada de 2.740 metros, de los que 320 corresponderán a locales comerciales, 750 metros cuadrados a garaje y 1.670 metros a viviendas, se levantará un edificio de cinco alturas con un total de once viviendas de lujo.