Cómo repartir de manera justa las aguas para el riego de la huerta de Murcia ha sido a lo largo de la historia un asunto crucial para esa zona que ha generado importantes disputas y demandas que no se resuelven en la justicia ordinaria, sino por un tribunal consuetudinario, cuyas normas parten de la tradición: el Consejo de Hombres Buenos.

El salón de plenos del Ayuntamiento de Murcia acogió ayer una de las sesiones ordinarias de esta particular institución, cuyos 'jueces' son agricultores de la zona, y que tiene su origen en la edad media. El Consejo de Hombres Buenos ha estado presidido, como es tradición, por Diego Frutos.