Las primeras pruebas con el nuevo asfalto frío que quiere implantar el Ayuntamiento de Murcia para reducir la temperatura de la ciudad han comenzado a hacerse en los barrios del Ranero y La Paz, donde los operarios de la empresa CHM ya están analizando la resistencia de este nuevo material para ir mejorándolo y que aguante mejor la fricción que provoca el tráfico rodado. Así lo ha explicado a LA OPINIÓN el concejal de Fomento, Mario Gómez, quien afirma que durante las próximas semanas seguirán haciéndose pruebas para retrasar todo lo posible el desgaste de este aglomerado, similar al que se ha puesto en la mota del río Segura a su paso por Murcia.

Estas obras se enmarcan en el proyecto 'Life Heatland', una iniciativa pionera que busca rebajar el calor urbano mediante el uso de nuevos pavimentos, así como el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al medio urbano. Y, precisamente, Murcia es una de las ciudades donde se está usando en pruebas la efectividad del asfalto frío en la lucha contra el cambio climático en las zonas urbanas.

Gómez apunta a que en una fase posterior se ha previsto que se asfalte con este material uno de los sentidos de la circulación de la avenida Pío Baroja, que cruza desde el Hospital Reina Sofía en dirección al Infante, y así analizar cómo se comporta respecto al asfalto tradicional que se mantendrá en el otro sentido del tráfico. Los trabajos están siendo desarrollados por la empresa CHM junto al Centro Tecnológico de la Construcción.

El plazo de ejecución de este proyecto es de dos meses y el presupuesto de ejecución asciende a 665.926 euros. Se tiene previsto actuar, una vez los resultados de las pruebas sean satisfactorios, sobre una superficie total de 24.000 metros cuadrados. La finalidad de esta iniciativa es lograr una disminución de la temperatura del aire de 1,5 grados y del pavimento de la superficie de 10 grados, además de un ahorro de energía del 5 por ciento para alumbrado público.