El año pasado, en el ecuador de las Fiestas de Primavera, más de una decena de pasteleros murcianos se colocaban el delantal para elaborar el pastel de carne más grande del mundo. Lo hacían en el Cuartel de Artillería de Murcia, espacio que por un día se convirtió en el obrador en el que estos artesanos prepararon esta joya de la gastronomía murciana.

Este año no habrá pasteleros: habrá aprendices de pasteleros. Así lo denuncian desde la Asociación Regional de Empresarios de Pastelería de Murcia (Arepa). Afirman que se han enterado con apenas dos días de antelación (se lo dijeron ayer, aseguran) de que ya no se cuenta con ellos para el Homenaje al Pastel de Carne, iniciativa que se enmarca en el programa de Fiestas de Primavera.

Valerio García, portavoz de Arepa, explicó a LA OPINIÓN que, según les comunicaron desde el Ayuntamiento, ahora se van a encargar del evento los alumnos de la Escuela de Hostelería, que «no son profesionales», indica.

«Nos hemos enterado esta misma mañana (por ayer) de que nos quedamos fuera del evento», lamenta García.

Preguntado por las razones que cree que han desembocado en esta situación, insiste en que «por dinero no es», ya que, asevera, ellos únicamente cobran al Consistorio lo que cuesta la materia prima que emplean para la elaboración del bocado. Que, el resto, lo hacen por amor a su arte.

La decisión del Ayuntamiento «nos ha sorprendido bastante», subraya García, de Confitería Ignacio. Recordó que «fue el gremio pastelero el que empezó en Belluga» lo que ya se ha convertido en un acto típico de estas fiestas.

Allá por 2017 ya hubo algo de rifirrafe. Fue por el cambio de ubicación del evento. Efectivamente, los pasteleron comenzaron a hacerlo en Belluga, pero aquel año se decidió que el reparto de los deliciosos discos de hojaldre rellenos de carne se mudase a las afueras: al antiguo patio militar. A los responsables de Arepa no les gustó el cambio, aunque luego, a la hora de la verdad, la nueva ubicación del tradicional reparto no rebajó la afluencia de interesados.

Con aquel cambio, no obstante, empezaron los roces. Arepa se desmarcaba y anunciaba que le parecía mal el cambio de escenario. A la misma vez, varios confiteros participaban en el evento a título personal. Pero la herida estaba abierta, apostilla Valerio García. Porque, si al principio llegaban a implicarse hasta una treintena de profesionales, ya el año pasado apenas fue media docena, tal y como hace hincapié.

El año pasado hubo otros problemas, detalla el portavoz de Arepa. Por ejemplo, destaca que desde el Consistorio les dijeron que no serían ya los artesanos los que darían los pasteles a la gente: que iban a ser las huertanas. Eso ya les sentó mal, señala.

Mientras los aprendices van preparando los huevos cocidos, la carne y el hojaldre, oriundos y visitantes, previsiblemente, responderán en masa mañana ante la llamada del Consistorio capitalino al homenaje al pastel de carne y disfrutarán gratis una merienda típicamente murciana. Les tocará hacer la cola, eso sí.

Desde el Ayuntamiento de Murcia especificaron ayer que este año se van a regalar 7.000 pasteles de carne. El año pasado, del pastel gigante que se hizo (desde Arepa ponen en duda que esta vez se haga, aunque en el programa de fiestas sí sale anunciado) se repartieron cerca de 1.200 raciones, a las que se unieron otros casi 9.000 pasteles individuales hasta, llegar a los 10.000.

Ante la pregunta de por qué se prescinde de los pasteleros y se apuesta por la Escuela de Hostelería, fuentes municipales precisaron ayer que se hace «porque es una instalación municipal», y con la idea de «poner en valor a los que se están formando». En 2006 se crearon instalaciones municipales de cocina, bar y hotel para impartir la formación relacionada con los certificados de profesionalidad de hostelería, turismo e industrias, se lee en la web murciaemplea.es. En julio de 2017 la Concejalía de Empleo, Turismo y Cultura remodelaba las instalaciones de cocina y el obrador de pastelería «para modernizarlas y adaptarlas a las necesidades del sector», indican.