Aguas de Murcia era hasta ahora una balsa de aceite, sobre todo, de cara a la galería y pese a que ha sorteado importantes vaivenes como la denuncia por los contratos a la parte privada que puso encima de la mesa el Gobierno local en el anterior mandato o los daños colaterales de la 'operación Pokémon', que incluso llevó a sus socios catalanes a cambiar de marca y en el que está imputado un exconcejal del PP.

La muerte repentina de José Albaladejo ha dejado vacante el sillón más importante de Aguas de Murcia, también conocido como Emuasa, y ahora tanto la parte privada como la pública deben ponerse de acuerdo para nombrar al nuevo director gerente, un cargo que el fallecido ostentó durante casi dos décadas y cuyas competencias están ahora mismo en manos de dos personas de manera temporal hasta que se cubra el puesto.

La empresa municipal de aguas está formada por el Ayuntamiento, con el 51% de las acciones (es el socio mayoritario) y por Hidrogea, que cuenta con el 49% restante del accionariado. Según fuentes municipales consultadas por esta Redacción, la parte privada quiere que el cargo que deja vacante Albaladejo sea cubierto por una persona de su confianza, que conozca en profundidad la firma que gestiona el agua potable y las redes de saneamiento.

El socio del Ayuntamiento está barajando optar por un técnico murciano que trabaja en estos momentos en Barcelona, donde se encuentra la matriz del grupo empresarial y al que prácticamente no habría que poner al día de la gestión que se ha realizado en Murcia, añadieron las fuentes consultadas. Sin embargo, la parte pública de la empresa quiere hacer el relevo de otra manera. Los populares que ostentan el Gobierno local, con el apoyo de Ciudadanos que también tiene responsabilidades de gobierno, pretende apostar por personas de su confianza. En ese contexto, indicaron fuentes municipales, han salido a colocación distintos nombres. Javier Ruano y Nuria Fuentes serían algunos de ellos. Sin embargo, las mismas fuentes señalaron que Ruano lo tiene complicado, puesto que su mujer es una de las concejalas del equipo del alcalde, José Ballesta, y no sería 'estético' contratarlo. Ruano es uno de los hombres más cercanos a la primera autoridad municipal y a su hombre de confianza en la Glorieta, José Guillén, con quien estrechó lazos cuando Ruano fue presidente del Consejo Social de la Universidad de Murcia entre 2014 y 2016. Se daba la circunstancia que ambos coincidieron en un periodo de tiempo en la UMU debido a que el concejal compatibilizó durante una etapa su cargo público con su puesto de trabajo en la institución docente.

Fuentes, que fue concejala durante varios mandatos con Miguel Ángel Cámara y abogada de profesión, es la que tiene menos papeletas para ostentar el cargo, puesto que en su momento internamente se postuló para la alcaldía de Murcia, aunque su partido se posicionó a favor de Ballesta. La que fuera concejala abandonó la esfera municipal y desempeñó varios cargos en la Comunidad Autónoma hasta que decidió abandonar la política el pasado julio.

La resolución final de quién ocupará el cargo que deja vacante Albaladejo se verá complicada además por la postura de Cs, que en este asunto está enfrentado con el PP, a quien sostiene en el Gobierno local. Mario Gómez, concejal de Fomento y primer teniente de alcalde, es partidario de convocar un concurso público, en el que se presenten profesionales «con trayectoria y capacidad, y que no tenga afinidad política con el fin de que realice un trabajo técnico con libertad».

Advierte además de que el nuevo director gerente debe ser elegido con el apoyo de las tres cuartas partes del Consejo de Administración de la empresa, en la que Hidrogea cuenta con siete vocales frente a ocho del Ayuntamiento. «Y de esos vocales ni la mitad son del PP, por lo que se necesita el apoyo del resto de grupos», continúa explicando el concejal, quien añade que «son necesarios doce votos» y ya hay precedentes de que el PP e Hidrogea no perdieron una votación al contar con once votos y no llegar a los doce.

Los grupos políticos presentes en el Consejo de Aguas de Murcia prácticamente no han logrado mantener una postura común frente a la parte privada en asuntos sustanciales. Ya en 2015 se aprobó una moción para crear un grupo de trabajo de concejales presentes en Emuasa para llevar una postura común a las reuniones. Al final, todo quedó en nada. En esta ocasión la confrontación de posturas también está servida.