Una de las más romerías más rápidas que se recuerdan en los últimos años. La Virgen de la Fuensanta, o la Morenica, como la conocen cariñosamente los murcianos, realizó ayer su tradicional peregrinación de subida desde la Catedral de Murcia hasta su santuario de Algezares 'en tiempo récord', más teniendo en cuenta que el recorrido cambió por primera vez en su historia.

Y es que la Virgen no pasó ayer por el barrio de Santiago el Mayor tras el cierre del paso a nivel y de la ejecución de las obras del soterramiento del AVE en la zona. En su lugar, a su paso por la calle Torre de Romo se desviaba hasta la calle Pintor Almela Costa, pasando por Ronda Sur hasta 'rodear' la zona y volver al Barrio del Progreso, incorporándose de nuevo a su itinerario habitual.

La patrona de Murcia, que vestía un manto grisáceo obra de Pilar de la Cierva y un traje de brocado de plata hecho para la ocasión por su hija, María Artiñano, salía puntual de la Catedral de Murcia, a las ocho de la mañana, tras la misa oficiada en el templo religioso. A los gritos de «Vamos, vamos, que la Virgen no puede esperar», los anderos llevaban a la 'Madre de todos los murcianos' casi al trote, provocando que el río humano de fe y devoción que acompañó la imagen también fuese lo más rápido posible.

Así, unos minutos después la Morenica estaba ya cruzando el Puente Viejo, donde la patrona de Murcia clavó su mirada sobre la Virgen de los Peligros, ambas imágenes especialmente veneradas en los últimos días. Y es que muchos creyentes 'vieron' en este encuentro cómo las dos imágenes se daban las gracias mutuamente, ya que para los más creyentes han sido las encargadas de proteger la ciudad de las fuertes lluvias que azotaron no solo a Murcia durante los últimos días por el paso de la DANA, sino a toda la Región.

Durante el recorrido unos les daban las gracias a la Fuensanta, otros se persignaban a su paso. Desde más jóvenes a más mayores, no podían resistirse a llorar de la emoción por ver un año más a la patrona marchar hasta su santuario de Algezares.

Seis caballos de la Policía Nacional, así como un helicóptero del Cuerpo, esperaban a la imagen en la Iglesia del Carmen, donde a su llegada se le entonó una salve y se le lanzó una intensa lluvia de pétalos de flores desde uno de los balcones del templo sagrado. Antes de encarar la calle Torre de Romo, la patrona 'echó un último vistazo' a la ciudad de Murcia, girándose para mirar al Jardín de Floridablanca y a los miles de murcianos que la contemplaban con absoluta devoción. «Me emociono porque es nuestra Virgen, nuestra patrona. Le he pedido de todo, por la familia, por la paz y porque todos tengan trabajo», señalaba María, una vecina del barrio de San Antolín, mientras sus ojos se bañaban en lágrimas.

Unos atronadores cohetes despedían a la Fuensanta, que marchaba ya en dirección a la zona sur de la ciudad. Una vez que giraba hacia la calle Pintor Almela Costa los más despistados se preguntaban por qué este año la Virgen no pasaba por Santiago el Mayor. Así, metro a metro, cuando todavía quedaban unos minutos para que los relojes marcasen las diez de la mañana la Morenica ya había llegado a la rotonda de Ronda Sur.

Tras una mañana nublada y de incluso una débil neblina a primera hora de la mañana, el sol comenzaba a pegar con fuerza entre los romeros mientras que la Virgen seguía su paso rápido en dirección al Barrio del Progreso. Antes, la patrona murciana pudo contemplar de cerca a su paso por la carretera de Ronda Sur cómo seguían avanzando las obras de ejecución para la llegada de la Alta Velocidad a Murcia.

A su llegada al sur de Murcia, los vecinos de la zona, como los del Barrio del Progreso, así como los de Patiño o Santiago el Mayor, recibían 'en sus casas' a la Morenica, que de nuevo se incorporaba a su recorrido habitual.

Los vecinos de Santiago el Mayor tenían que cruzar la pasarela instalada para pasar de un lado a otro de la vía para seguir el camino de la Morenica, que tras superar el Barrio del Progreso afrontaba la etapa final: la subida por Algezares hasta llegar a su santuario.