La lluvia fina que cayó del cielo cerca del mediodía desapareció pocos minutos antes de que la patrona de Murcia entrara por la puerta de su santuario tras pasar poco más de dos semanas en la Catedral. La Morenica fue recibida entre aplausos y gritos de «¡Guapa, guapa y guapa!» por las decenas de fieles que la esperaban congregados en el lugar, poniendo así punto final a las fiestas de septiembre de la capital del Segura. Antes de llegar a su destino, la Virgen atravesó, a hombros de un grupo de romeros, la avenida del Progreso, donde poco a poco se iban sumando más personas a la comitiva. A los lados de la carretera aguardaban cientos de fieles de todas las edades, muchos con pañuelos y distintivos en honor a La Fuensanta, que se mezclaban con pequeños puestos de venta de agua para combatir los 28 grados de temperatura.

En el puente del Reguerón se encontraba Juan Antonio Hernández. Reunido en torno a una mesa llena de refrescos, huevos cocidos, habas, tortillas y embutidos, Hernández explicó a La Opinión por qué decidió colocarse en ese punto y no en otro: «Fue aquí donde mi mujer se paró cuando estaba enferma del estómago durante la romería de 1983. No pudo seguir». La principal petición de este romero está relacionada con la salud de su hijo, que a los 52 años sufrió un derrame cerebral. También Encarna Sánchez, de Churra, se encomendó a la Morenica para que le ayudara con el tumor en el pecho que le fue diagnosticado hace un año.

Las vecinas de Santiago el Mayor Loli Sánchez y Vicky Barba hicieron el recorrido ataviadas conlas camisetas que les han acompañado desde hace varios años en cada manifestación celebrada a favor del soterramiento de las vías del tren a su paso por la ciudad. Barba tenía clara su petición a La Fuensanta: «Quiero un río limpio y que se dejen de lucecitas». «Y que el año que viene la romería vuelva a pasar por el barrio», añadió su compañera Loli.

Esta era la primera vez que las monjas Siervas de Jesús Verónica y Jessica participaban en un peregrinaje por la patrona de la ciudad. «Esto es muy emocionante, incluso he llorado en varios momentos», comentaron las hermanas, que se encomendaron a La Fuensanta para que «siga cuidando a los murcianos, les proteja y refuerce su fe, y que esto no sea solo cosa de hoy».

La Reina de la Huerta, Isabel López, fue la encargada de arrojar pétalos de rosas y claveles desde un balcón de la plaza José Canalejas, de Algezares, junto a Mari Carmen Ruiz y Salvador Meseguer. Ella, de 21 años, natural de la pedanía y trabajadora del centro de estética de esa misma plaza, vivió la experiencia con «mucha emoción». Pidió «amparo» a la Virgen para todos aquellos que han sufrido las consecuencias de la gota fría en el municipio.

Entre los peregrinos también se encontraban responsables del Ayuntamiento de Murcia. El alcalde, José Ballesta, indicó que en la romería se demuestra que «los murcianos vamos todos juntos». «Aquí no hay diferencias porque la devoción nos une a todos», sostuvo. El regidor se acordó especialmente de las personas que por las lluvias torrenciales han perdido sus enseres, «pero sobre todo sus recuerdos», algo que considera mucho más importante porque «sobrepasa lo material».

Por su parte, el primer teniente de alcalde, Mario Gómez, también se acordó de los damnificados por el temporal, y pidió a La Fuensanta «que traiga agua, pero con prudencia».

Las concejalas socialistas Teresa Franco y Ainhoa Sánchez tuvieron igualmente unas palabras de recuerdo para los afectados por la DANA, especialmente para quienes están sufriendo sus efectos con mayor virulencia, al igual que el edil de Desarrollo Urbano y Modernización de la Administración, José Guillén, que declaró que la peregrinación de este año ha sido «especialmente sensible» por las consecuencias de las fuertes lluvias.

"Normalidad" durante toda la jornada festiva

"Normalidad" durante toda la jornada festivaEl 1-1-2 ha informado de que la romería ha transcurrido sin incidencias graves y con «absoluta normalidad». Francisco Javier Griñán, responsable de servicio de Protección Civil, informó tras la llegada de la Virgen al santuario de que hasta el momento se habían producido 25 incidencias, ninguna de ellas importante. Todas estuvieron relacionadas con torceduras y lipotimias por el calor. Hubo dos accidentados que en un principio iban a ser trasladados a hospitales de Murcia pero finalmente no fue necesario. Efectivos de diversos cuerpos velaron por garantizar la seguridad de los asistentes desde el inicio de la jornada.