En la pedanía de Los Dolores, entre la calle Alegría y la calle Velarde de Murcia, se sitúa un gran edificio de tres plantas y dieciocho viviendas con aspecto moderno pero visiblemente deteriorado . Dentro se encuentran más de quince familias de etnia gitana que ocuparon sin permiso, dichas viviendas, hace tres años. El edificio empezó a construirse en el periodo de la burbuja inmobiliaria en España y tras estallar la crisis, los constructores se arruinaron, por lo que el inmueble se quedó sin cédula de habitabilidad. En la actualidad, la edificación pertenece al fondo inmobiliario Aliseda de Barcelona.

Hace unos años, esta vivienda había estado habitada por otras comunidades gitanas que respetaban y tenían una agradable convivencia con los demás vecinos de la zona, como manifiesta un residente de la calle Velarde, pero eso ha cambiado. ''Desde hace un año, vinieron más familias y algunas se fueron y esto se empezó a descontrolar. Ahora no es solo que crean mal ambiente en el barrio, sino que están peleándose entre ellos continuamente''. El residente de la calle Velarde ha comentado que el fondo inmobiliario ya desalojó a varias familias okupas hace un tiempo, pero desde hace un año, ''uno de ellos volvió y empezó a alquilar las viviendas a otros gitanos''.

Asimismo, el fondo inmobiliario ha intentado intervenir pero sin éxito. ''Hace unas semanas pusieron una puerta antiokupa, rejas y hasta alarmas, pero hasta ahora siempre han conseguido desactivarlas y entrar en las viviendas'', comenta el mismo vecino.

A día de hoy, la condición en la que se encuentra el edificio por dentro es deplorable: en el sótano de la edificación hay un metro de agua que ha provocado el deterioro de la estructura del edificio pero también de las viviendas contiguas. ''Hemos tenido que obrar porque algunas de nuestras viviendas se están viendo afectadas por las humedades''. La Empresa Municipal de Aguas y Saneamiento de Murcia (Emuasa) les cortaron el suministro de agua. Iberdrola ha hecho lo mismo con la luz, pero ellos han conseguido seguir `enganchados´. ''Hace unos cinco meses hubo una explosión porque cada vez conectan más aparatos en las viviendas y el transformador no aguanta más'', explica otro vecino.

Aunque el mayor problema con los okupas es la convivencia. ''Anoche estaba con mis dos hijos jugando en la calle y empezaron hacer carreras de motos. Un conocido de la zona les aviso de que iba a llamar a la policía y los okupas nos dijeron que si venían, nos iba a cortar a todos el cuello'', se queja el vecino de la calle Velarde, que asegura que son constante las amenazas y los insultos por parte de estas familias. Además, explica que se sienten vigilados e intimidados por ellos.

''El día de la elecciones municipales, una vecina de esta calle fue a votar y cuando volvió, se encontró a varios okupas robando dentro de su casa. La mujer denunció a la policía pero recibió varias amenazas y la retiró'', declara otro vecino, que no quiere dar su nombre por miedo a las represalias pero asegura que no pueden hacer ''vida normal''.

Por otro lado, los habitantes de este barrio han mostrado su malestar por la suciedad que dejan tanto en la calle como en los portales; así como el ruido y el alboroto que producen, sobre todo por las noches. Incluso denunciaron que los han visto trapicheando con drogas. Este hecho ha provocado que acuda varias veces la policía local, pues fuentes cercanas a ellos han declarado que ''han tenido que acudir repetidamente durante los últimas semanas por los problemas que generan, haciendo varias redadas y hasta llevándose a gente detenida''.

Pedro Ángel Morales, pedáneo en funciones de los Dolores, ha declarado que es consciente de la situación que viven y que ha intentado normalizar la situación en varias ocasiones ''Me he puesto en contacto con el fondo de inversión, ya que son ellos los que deben denunciar y tomar las medidas pertinentes para terminar con esta situación''. Además, señala que mientras no desalojen el lugar ''el objetivo es conseguir que se reduzcan los problemas de convivencia y terminar con las amenazas y agresiones''.

Este no es un caso aislado, ya que el pasado mes de marzo los vecinos de la diputación cartagenera de La Palma denunciaban que estaban indignados con los problemas que genera una urbanización abandonada para su convivencia desde hace más de un año, en la que se habían instalado unos okupas que atemorizaban a los vecinos. En concreto, los inmuebles afectados se encuentran en hilera en las calles Ébano y Antonio Serrano, muy cerca de un parque infantil.

Viviendas sociales

El vicealdade Mario Gómez, de Ciudadanos, acudió el pasado 15 de julio, a un encuentro entre los vecinos de las calles y los okupas del inmueble, tras las insistencias de estos últimos de convertir el edificio en viviendas sociales. El concejal estuvo visitando el edificio y hablando con varios vecinos, pero no se llegó a ningún acuerdo. Desde el partido naranja aseguran que se está realizando un ''análisis y valoración de la situación para ver cómo se puede solucionar el problema de la mejor forma posible para todos''. Por su parte, los vecinos de la calle Velarde y la calle Alegría, se van a reunir con diferentes concejales durantes estas semanas para mostrar sus quejas.