Fina García no recuerda las veces que la Policía de Murcia ha ido a su casa a tomar mediciones tras los continuos avisos por el exceso de ruido generado por los bares que hay en la calle donde vive. Pero lo que sí recuerda esta enfermera jubilada son los 31 años de denuncias que lleva contra el Ayuntamiento de Murcia y la "falta de sensibilidad" de este, que ha hecho oídos sordos sin tomar ninguna medida al respecto. La lucha que empezaron sus padres hace tres décadas la heredó ella, quien ha seguido insistiendo en el problema que ha supuesto para su salud el no poder dormir noche tras noche.

Ahora, 31 años después, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia le ha dado la razón y condena al Ayuntamiento de Murcia a indemnizar a esta vecina de la plaza Sardoy, en el barrio de Santa Eulalia, con 50.000 euros por los daños sufridos durante este tiempo.

"Mi lucha de estos 30 años contra el Ayuntamiento ha sido por poder dormir", reconoce la afectada, quien recuerda que ya en 2007 convocó una protesta vecinal contra el ruido que sufría y "llegamos a demostrar que muchos de los bares de la zona estaban funcionando sin licencia, uno de ellos el que yo tenía debajo de casa, que abrió sus puertas durante 18 años sin tener los permisos necesarios". Con esto consiguieron que lo cerraran, aunque poco después volvió a funcionar.

Fina García ha pasado la mayor parte de las noches sin poder conciliar el sueño. Explica a LA OPINIÓN que durante su vida laboral tenían que levantarse a las siete de la mañana para entrar a trabajar y que "muchos días llegaba sin haber dormido" o aprovechaba y se acostaba temprano para dormir tres o cuatro horas antes de que abrieran los locales, ya que "la música y las vibraciones se escuchaban en casa, un cuarto piso, y cuando llegaba la hora del cierre los clientes seguían la fiesta en la calle sin que la Policía hiciera nada por impedirlo". "Me he pasado toda la vida sin descansar", afirma, al tiempo que culpa al Consistorio y a los agentes de la Policía de "no haber hecho nada".

Se muestra satisfecha con la sentencia porque "obligar al Ayuntamiento a indemnizarme es reconocer un problema que he estado denunciando 31 años" y tiene claro que "los vecinos tenemos que defendernos". Aunque al mismo tiempo se lamenta de que el problema no se haya solucionado y que ella tenga que cerrar todas las noches la ventanas de casa a la hora de irse a la cama.

Mapa de ruido

Otra de las quejas que tiene esta vecina del barrio murciano de Santa Eulalia es que «el Mapa de Ruido y las medidas que incluía, como la instalación de sensores para medir la intensidad, no se han puesto en marcha». Fina García explica que ella, como afectada, estuvo colaborando en la redacción del texto del Plan de Ruido del Ayuntamiento de Murcia, «llegué a asistir a varias reuniones, presenté varias alegaciones, pero no se tuvo ninguna en cuenta». Además, recuerda que el Plan, aprobado en agosto del pasado año, contemplaba que los sensores se instalaran en el plazo de tres meses y «ya ha pasado un año sin que sepamos si se va a hacer algo al respecto», por lo que pide responsabilidad al Consistorio.