A punto de terminar el curso escolar los padres que llevan a sus hijos al Centro de Conciliación de la Vida Familiar y Laboral del Ayuntamiento de Murcia en la pedanía murciana de Cabezo de Torres se han llevado un buen susto. El pasado martes, 11 de junio, los responsables de la guardería municipal, gestionada por la empresa Ares Infer, les comunicaban durante una reunión rutinaria que las instalaciones cerrarían sus puertas a final de mes y que no seguirían prestando servicio durante el verano ni el próximo curso.

Varios de los afectados han explicado a esta Redacción no entender cómo se hace este anuncio sólo unos días antes de las vacaciones de verano, dejando a muchos de los usuarios sin un lugar al que llevar a sus hijos mientras que ellos trabajan en el mes de julio. En este mismo sentido indican que «no es la primera vez que esta empresa actua así, ya que hace un par de años también cerraron la guardería que gestionaban en la pedanía de Zarandona». Esta Redacción ha contactado con Ares Infer para conocer los motivos de esta situación y qué les ha llevado a anunciar el cierre de las instalaciones sin obtener una respuesta a ello y remitiéndonos a lo que diga el Ayuntamiento de Murcia, ya que, según indican, se encuentran «en un proceso de negociación».

Los padres afectados afirman que actualmente hay una quincena de niños y bebés matriculados en el centro infantil y critican que «durante estos últimos años los precios han ido aumentando, cada vez el profesorado cuenta con menos recursos y se ponen más trabas e impedimentos para acceder a una plaza». En cuanto a las tarifas señalan que una plaza de guardería con un horario de 9.00 a 13.00 horas tiene un coste de 140 euros, mientras que el turno de 9.00 a 15.00 horas con comedor supone una cuota de 264 euros, «un precio muy similar al de un centro privado», aunque reconocen que hay familias con situaciones especiales que tiene algún tipo de bonificación.

Los padres pusieron en común esta situación en la reunión celebrada esta misma semana y en la que llegaron a afirmar que el Centro de Conciliación no abría sus puertas algunas tardes y «estaba cobrando la matrícula para el próximo curso sabiendo que iba a cerrar», una situación que, según dicen, «el propio Ayuntamiento no conocía, como nos indicaron los técnicos», subrayan los afectados que se han puesto en contacto con LA OPINIÓN.

Además, informan de que tras las quejas que han trasladado en los últimos días la empresa ha accedido a prestar servicio durante el mes de julio para evitar dejar a los padres sin un lugar al que llevar a sus hijos mientras trabajan en verano, «pero no sabemos qué ocurrirá después».

Negociaciones

Desde el Ayuntamiento de Murcia, y en concreto desde la Concejalía de Derechos Sociales y Cooperación al Desarrollo, afirman que «se están realizando todas las actuaciones que corresponden para garantizar la continuidad en la prestación del servicio en ese centro de conciliación, conforme a lo que establece el pliego de condiciones que la rige». Aunque no ofrecen más detalles sobre los motivos que han llevado a la empresa a decir a los padres que cerrará sus puertas en las próximas semanas.