El Centro de Orientación Familiar (COF) de Murcia, un organismo de la Diócesis de Cartagena, llevaría años siendo escenario de sesiones personales destinadas a homosexuales, y lo estaría haciendo sin recibir un solo euro del erario público. Es lo que aseguran desde la Consejería de Familia del Ejecutivo regional.

Según fuentes de este departamento, que dirige Violante Tomás, no hay subvenciones para el COF, como sí las hay para organizaciones de corte social, como es el caso de Cáritas.

El COF, al ser un inmueble de la Iglesia Católica, no paga el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).

Este periódico preguntó al Obispado cómo se financia el COF, cuánto tiempo lleva en marcha y cuántas personas trabajan ahí, pero no obtuvo respuesta.

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha apoyado los cursos que califican de «sanación espiritual», ya que se trata de «acompañar a las personas que lo deseen desde el discernamiento espiritual».

Lo ha dicho el secretario general de la CEE, Luis Argüello, en la rueda de prensa tras la Asamblea Plenaria, al ser preguntado por los supuestos cursos para 'curar' la homosexualidad. Argüello ha insistido en defender la libertad de conciencia de los individuos para buscar ayuda y acompañamiento.

Lo que imparten en Murcia, señalaron fuentes de toda solvencia, es un asesoramiento teológico para 'guiar' a gais y lesbianas, enfocado a que cambien su orientación sexual y acaben fundando un hogar tradicional, con un padre, una madre y los hijos.

Una de las personas que se ocupan de contactar con aquellos que deseen asistir a una de estas sesiones, o con sus allegados, es un profesor universitario de la Región, confirmó este diario. Este docente, que trabaja en la Universidad de Murcia, ejercería una función de 'orientador' de quienes sienten atracción por personas de su mismo sexo. También, apuntan las mismas fuentes, de menores de edad, si sus padres se ponen en contacto con el COF y le trasmiten que sus hijos adolescentes están «confusos».

Estas sesiones tendrían vínculos con el grupo conocido como Es Posible La Esperanza (EPE). Se da la circunstancia de que un colegio religioso de Murcia fue el alojamiento, hace dos fines de semana, de los participantes en unas jornadas organizadas por el colectivo Es Posible la Esperanza, que hasta ayer tenía en su web numerosos testimonios de personas que, afirmaban, tuvieron «sentimientos de AMS (atracción hacia el mismo sexo)» y consiguieron «superarlos» y formar una familia heterosexual. Ayer por la tarde, la página de la organización, activa durante toda la mañana, empezó a estar 'en mantenimiento'. Las jornadas de la EPE se presentaban bajo el epígrafe IV Encuentro Deportivo-Cultural, aunque incluían un «taller de formación».

LA OPINIÓN se puso en contacto con el profesor, que declinó hacer declaraciones.

A preguntas de esta redacción, desde el Obispado indicaron, citando al vicario de Familia y Vida, Ángel Molina, que «en el Centro de Orientación Familiar (COF) no se realizan ningún tipo de terapias» ni a personas homosexuales ni a nadie. «Lo único que se hace es acoger y acompañar a las familias, sobre todo a los matrimonios», insistieron desde la Diócesis de Cartagena, a lo que añadieron que «además, también se realizan cursillos prematrimoniales».

Desde el Centro de Orientación Familiar, conocido como Safamur, de la Fundación Acción Franciscana, dejaron claro que ellos no son los que hacen estas 'sesiones', para evitar confusiones.

Los cursos llevarían desarrollándose desde los tiempos de Juan Antonio Reig Pla, que hace más de una década estuvo al frente de la Diócesis de Cartagena y actualmente es obispo en Alcalá de Henares, en Madrid. En 2016, el Observatorio Español contra la LGTBfobia denunció al prelado por «humillar» a homosexuales y transexuales y por su «discurso del odio».

El presidente de No Te Prives, Jesús Costa, apuntó que la Ley LGTBI de la Región «desde el principio explica que la homosexualidad no es una enfermedad», al tiempo que hace mención al nuevo Estatuto de Autonomía, donde se habla de «diversidad». A juicio de Costa, las personas con tendencias homófobas «se amparan en la libertad de expresión», cuando, desde su punto de vista «eso no es libertad de expresión», sino una conducta que puede ser delictiva.

Con la confirmación de que se realizan estas sesiones, «tenemos claro que se está creando un discurso de odio», asevera, al tiempo que alude a la eclosión de partidos como Vox y organizaciones como Hazte Oír.

La Ley de Igualdad LGTBI de la Región de Murcia, aprobada en su momento por la Asamblea Regional, no contempla sanciones para quien organice este tipo de 'asesoramientos' siempre que lo haga en una institución privada, tal y como señalaron fuentes de la Consejería de Familia.

Desde el departamento apuntaron, no obstante, que, de tener conocimiento de algún tipo de práctica que pudiese incurrir en un delito de odio, y fuese denunciado como tal, la Dirección General de la Mujer estudiaría el caso.

Sacerdotes consultados por esta redacción se mostraron críticos con la realización de estas prácticas para 'sanar' la homosexualidad. Uno de ellos, el también activista Joaquín Sánchez, dejó claro que le parece «un auténtico disparate» que se haga eso. Lo único que se consigue, opina, es «hacer daño a las personas que tienen esa orientación».

«La homosexualidad no es una enfermedad, es una tendencia sexual», subraya el cura, quien apuesta por tratar con «respeto y cariño» a todo el mundo, tenga la orientación que tenga.