La mayoría de los ciudadanos no sabe qué ocurre con el agua que se va por el desagüe del fregador de la cocina cuando se lavan los platos, con el agua que sale de la lavadora tras el centrifugado de la ropa o con la que se va por el váter cuando se tira de la cadena. En Murcia, una Región con un problema estructural de falta de agua, cualquier gota se aprovecha y ahí es donde juegan un papel fundamental las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). En el caso del municipio de Murcia, la principal es la EDAR Murcia-Este, ubicada en la zona del Rincón del Gallego (Llano de Brujas). A esta se suman 15 estaciones depuradoras más que recogen el agua que les llega a través de los 1,6 kilómetros de tuberías que forman la red de saneamiento de todo el municipio.

Con una extensión de 12,5 hectáreas, la EDAR Murcia-Este consigue depurar cada día 100.000 metros cúbicos de agua, aunque en momentos puntuales ha superado su capacidad máxima y ha llegado hasta los 140.000 metros cúbicos diarios. El agua sucia que entra en las instalaciones sale completamente limpia y tratada y se vierte al caudal del río para que pueda ser aprovechada unos metros más adelante por los agricultores para regar los cultivos de la huerta de Murcia. En total, la planta llega a aportar la cantidad equivalente a un trasvase 'extra' cada año.

Actualmente las depuradoras adquieren una nueva dimensión como auténticas biofactorías en las que trabajan en tres ámbitos: la línea de agua, la de lodos y la de gas. El jefe de planta de la EDAR Murcia-Este y responsable de depuración de Aguas de Murcia, Francisco Navarro, explica que el agua residual es recogida por los colectores de la red de saneamiento que hay a la margen izquierda y derecha del río a través de 200 bombeos. Cuando llega a la estación se concentra en dos pozos y mediante bombeos y por la fueza de la gravedad inicia todo el recorrido.

En primer lugar el agua sucia recibe un pretratamiento en el que se elimina la materia inerte, como son las fibras de cabellos, toallitas, compresas, bastoncillos o preservativos. Navarro lamenta que aún no exista conciencia suficiente y se utilice el WC como si se tratara de la basura. En este proceso también se elimina la arena que pueda llevar el agua por el arrastre y se le quita la grasa que pueda contener.

Tras el pretratamiento pasa por la decantación primaria, en la que se elimina entre el 40 y el 60 por ciento de la materia orgánica que pueda contener y de ahí es transportada hasta el reactor biológico. El jefe de planta destaca que «en este paso no se usa ningún agente químico y las bacterias que hay son las propias del agua residual», bacterias que reciben oxígeno a través de unos motores. Posteriormente la materia carbonosa es eliminada mediante un flujo pistón A2 modificado y el agua vuelve a pasar por un segundo ciclo en el que otras bacterias eliminan los nitratos y fósforos. En ese momento, en función de lo que digan las analíticas, el agua sigue recirculando y pasa al siguiente nivel.

El proceso continúa con la depuración secundaria en la que el agua reposa en una especie de 'piscinas' para que el lodo baje y se pose en el fondo, dejando el agua limpia en la parte superior. En total, la EDAR cuenta con cuatro de estas piscinas con una capacidad de 6.019 metros cúbicos cada una de ellas.

En ese momento llega la hora de la desinfección, por lo que se echa un reactivo con desinfectante. Francisco Navarro dice que «no hay que olvidar que son aguas residuales y para eliminar los máximos patógenos posibles y cumplir la normativa europea hay que desinfectarla». Tras ese paso es cuando el agua está lista para salir de las instalaciones de la depuradora y es vertida el cauce del río con una gran fuerza, haciendo que se mantenga el caudal ecológico y los regantes puedan captar en un tramo más adelante.

Aunque pueda parecer que todo este proceso es largo y pesado, el director de la planta asegura que no dura más de ocho horas. «Todo es muy rápido, ya que tenemos un gran volumen de agua residual que tratar».

La Estación Depuradora de Aguas Residuales Murcia-Este se construyó en el año 2000 y fue en 2002 cuando Aguas de Murcia se hizo con su gestión y explotación. Las instalaciones funcionan al límite de su capacidad, de ahí que se haya planteado hasta en tres ocasiones su ampliación. Los proyectos finalmente no han salido adelante, ya que dependen del Ministerio y es este el que debe licitar y contratar la obra.

Aguas de Murcia es la empresa explotadora, pero todas las estaciones depuradoras son controladas por la entidad de saneamiento Esamur, dependiente de la Comunidad Autónoma. En este caso, la de Murcia-Este es la mayor del municipio de Murcia, la más grande de la Región y está entre las primeras de mayor tamaño de España.