"Iba rociando a todo el mundo, todos acabamos tosiendo y llorando". De esta forma es como salieron varios clientes de un restaurante del centro de Murcia en la tarde de este miércoles, a la hora de la comida, después de que una mujer rociara el local con un bote de gas pimienta que portaba consigo.

El motivo, según explican fuentes consultadas por este periódico, es la venganza, ya que los trabajadores de El Togo, uno de los locales afectados, se negaron a atenderla dado que en el pasado se había llegado a marchar del restaurante sin pagar la cuenta. Tras este primer suceso, explican los empleados del local, la mujer, de 46 años y nacida en Barcelona, volvió a visitar el bar pero no se le sirvió comida dado que temían que volviera a hacer un ‘sinpa’ y se marchara sin abonar lo consumido.

En esta ocasión, la mujer regresó hoy en torno a las cuatro y media de la tarde, pero ante la negativa de atenderle por parte del local, esta roció entre insultos a los clientes todo el interior con el bote de gas pimienta, lo que obligó a los trabajadores a desalojar el local y ayudar a los comensales a lavarse los ojos y la cara, dado que todos salieron "llorando y tosiendo a la calle", explican los empleados. El restaurante se ubica en un bajo que hace esquina entre las calles Antonio Puig y Jacobo de las Leyes, cerca de la Plaza de la Merced.

La mujer, que responde a las iniciales N. B. P. y que vive prácticamente en la indigencia, continuó su periplo con el bote de gas pimienta en mano y minutos después volvió a rociar un local próximo a El Togo, obligando también a los empleados a desalojar a sus clientes debido al fuerte olor del producto.

La agresora, que finalmente fue reducida y detenida por una agente de la Policía Local de Murcia, paseó por la Plaza de la Merced en compañía de otra mujer y fue amenazando y rociando a los transeúntes con el aerosol. Tras proceder a la identificación por parte de la policía, la agresora atacó a la agente y huyó del lugar, siendo perseguida por esta y reducida en la plaza Santo Domingo, desde donde fue trasladada hasta la comisaría de San Andrés.

Habrá denuncia

Los empleados de El Togo lograron a lo largo de la tarde ventilar el local "abriendo todas las puertas, conectando los ventiladores y empleando espray de agua" hasta hacer respirable el interior del restaurante. El servicio de comidas ya lo habían perdido, pero para esta noche lograban estar abiertos de nuevo. Con lágrimas en los ojos y tosiendo sin parar, los clientes "se tuvieron que lavar la cara y echar agua en los ojos", subrayan los empleados. A preguntas de si tomarán medidas contra lo sucedido, desde el local avanzan que "en un principio sí se interpondrá una denuncia contra esta mujer".