El ladrón de bicicletas es un drama italiano de 1948 firmado por Vittorio de Sica y otro drama para muchos usuarios murcianos en pleno siglo XXI. Que los amigos de lo ajeno de un tiempo a esta parte la han tomado con las bicis no es un secreto. Además de la lamentable moda de reventar trasteros (que vienen padeciendo distintas zonas de la capital murciana), está la habitual costumbre de robar estos vehículos de pedales en plena calle. A todo ello se une una importante red de venta de estas bicicletas de segunda mano a través de Internet, lo que facilita a los cacos el hecho de conseguir deshacerse de ellas sin dejar rastro y, lo más importante para ellos, consiguiendo dinero rápido, que es lo que buscan.

Pero las bicicletas no solamente las roban rateros de tres al cuarto, señalan fuentes policiales. En este sentido, se investiga si a Murcia han llegado ya las bandas especializadas en robar bicicletas para venderlas luego en países extranjeros, donde muchas veces llegan empaquetadas por piezas, para evitar levantar sospechas en el transporte.

El año pasado por estas fechas, la Policía Nacional arrestaba al presunto cabecilla de una banda que se dedicaba a comprar, en el Levante español, bicicletas sustraídas a menores de edad y drogodependientes a un precio ínfimo, para luego desmontarlas y empaquetarla para introducirlas en países del norte de África. Además del líder de la banda caían sus tres hombres de confianza. A la Policía le consta que el jefe de la organización efectuó más de 40 viajes al norte de África para introducir bicicletas.

Desde la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de Murcia mandaban una carta a sus alumnos para indicar que «desafortunadamente, continúan produciéndose robos de bicicletas en los espacios aparcabicis de nuestro centro, a pesar de las medidas de vigilancia de nuestras cámaras».

«Os ponemos en aviso de estas circunstancias para que extreméis las precauciones con los métodos antirrobos que soléis utilizar», señala la citada misiva.

La EOI detalla que «tenemos constancia de que en los últimos robos han cortado directamente los candados enrollados tipo espiral, así que tened esto en cuenta a la hora de elegir candado y considerad otras opciones más seguras». Recuerdan desde la Escuela que la Policía Nacional, a la hora de investigar los robos, podría solicitar al centro que facilite las grabaciones de las cámaras de seguridad, con el fin de identificar a los ladrones de turno, pero solamente si hay denuncia previa.

Desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad animan, a quien haya sido víctima de un robo de estas características, a denunciar siempre. Asimismo, recomienda a la gente que no compre una bici en puntos de venta no reglados o a particulares que no sean de confianza, dado que cabe la posibilidad de que acaben comprando una bicicleta de otro, esto es, un vehículo robado.

Fuentes policiales comentan, además, que es bastante recomentable (y no cuesta trabajo) apuntar el número de serie de la bicicleta, así como hacerse una foto con ella. A la hora de demostrar que es tuya, son cosas útiles.

Consejos: No atarla en los árboles ni en señales de tráfico

El portal Ecomovilidad.net ofrece una serie de consejos para tratar de mantener a salvo la bici en la jungla de las calles. Por ejemplo, situar la bicicleta en un lugar visible y por el que transiten peatones, siempre sin obstruir el paso. «Asegúrate que el lugar donde vas a aparcar la bicicleta está firmemente anclado al suelo. Algunos aparcabicis mal instalados se 'despegan' con facilidad», dicen.

Más sugerencias: No ates la bici en árboles (los rompen, en serio) ni señales de tráfico que se puedan desmontar, detalla el citado portal. Une entre ellos, y con el objeto rígido al que vas a atar la bicicleta, los cuatro elementos más importantes ante un robo: ambas ruedas, cuadro y sillín. Éste último puedes atarle con un cable al cuadro, o llevártelo contigo.