Por primera vez en los más de 150 años de historia desde que se crease el Cuerpo de Bomberos de Murcia, se ha decidido fundar la Asociación Cultural de Bomberos Jubilados del Ayuntamiento de Murcia, que lleva en marcha desde el verano y gracias al principal apoyo de Lola Sánchez Alarcón, concejala de Tráfico, Seguridad y Protección Ciudadana.

El fin que se persigue es crear un punto de encuentro para bomberos tanto jubilados como en activo, para lo que solicitan al Ayuntamiento una sede para seguir reuniéndose. La iniciativa partió de 5 o 6 compañeros entre los que se encuentra su presidente, el bombero José García Moñino. La asociación cuenta ya con más de 50 afiliados y fija como objetivos básicos darse a conocer, ir creciendo en número y remarcar el compañerismo para que los jubilados no caigan en el olvido.El presidente recalca que «es importante mantenerse activo para que la jubilación no sea un trauma, para no sentirse como un palo viejo que ya no sirve para nada», opinión que apoya Jorge Juan, otro de los bomberos del cuerpo: «No puede ser eso de que me jubilo y ya soy un trasto viejo».

Ayudar a compañeros que atraviesan problemas es otro de sus propósitos porque en esta profesión el compañerismo es muy fuerte. Moñino aconseja a los jóvenes que «no se pierda ese compañerismo. Nuestro trabajo no consiste sólo en ofrecer un servicio para salvar a alguien sino también de que a nosotros no nos pase nada: protegernos entre nosotros es fundamental en situaciones fuertes».

Para quienes se jubilan esta relación es muy importante: «nos juntamos con bomberos de todas las edades y eso a los mayores nos rejuvenece», asegura José García Moñino, que se retira a los 60 años, edad de jubilación permitida desde el gobierno de Zapatero para trabajos de fuerza siempre y cuando tengan 35 años de servicio activo cotizados.

Desde la asociación se realizan todo tipo de actividades para potenciar encuentros entre estos profesionales que van desde cenas o rifas hasta actividades deportivas. Jorge Juan comenta que «hay jubilados muy enteros». Moñino, de hecho, fue portero del Real Murcia en la época de Pelegrín y estuvo jugando al fútbol hasta los 38 años, actividad que compaginaba con su profesión de bombero y afición que heredó su hijo Javier García, de 32 años, actualmente futbolista profesional. Los afiliados se prestan incluso a colaborar con la organización de eventos o en casos de desastres naturales para mantener la esencia de la profesión que se traduce en «la naturaleza de ayudar a los demás», apostilla el presidente.

Ya se han celebrado varias reuniones desde el verano, han creado un escudo con la frase «siempre bomberos, siempre compañeros» y se han hecho camisetas para el día de su patrón, San Juan de Dios, el 8 de marzo. La asociación colaborará en la realización de actividades didácticas para los colegios y se darán charlas sobre qué se hace en el parque de bomberos: «Esta profesión está llena de vida y hay historias muy interesantes que los mayores conocen. Muchas veces vivimos situaciones de peligro en las que tenemos que entrar con cinco pañuelos en la boca para rescatar a una persona», sentencia Jorge Juan.