La procesionaria ya no es lo que era, afortunadamente. La incidencia este año de esta oruga en los pinares de Murcia en particular y de la Región en general «no es en absoluto preocupante». Es, según los técnicos de la Dirección General del Medio Natural, el año que menos superficie afectada hay por esta plaga y la que lo está, porque es reincidente todos los años, tiene unos niveles de infestación 1 y puntualmente 2 (en una escala donde el 1 es prácticamente nulo y el 5 muy importante).

Son los montes de Beniaján y de la Cresta del Gallo, los que figuran en la lista del 2, junto con el monte Salmerón (Moratalla), algunas zonas de Cartagena y Las Herrerías en Mazarrón.

«Estas zonas, que suelen alcanzar niveles de infestación de 4 a 5, han bajado los niveles a 2 gracias a los tratamientos realizados por la Dirección General de Medio Natural el año pasado», indican desde Medio Ambiente.

Estas actuaciones se centran en la corta de bolsones, fumigaciones y asesoramiento técnico, tanto en montes públicos como privados, en especial en áreas recreativas, zonas de paso y otras de uso frecuente.

La procesionaria está actuando conforme a su ciclo biológico en la Región de Murcia. En este momento, se encuentra en sus últimos estadios larvarios (quinto), lo que significa que podemos comenzar a observar cómo se inician las 'procesiones' (en largas filas de una en una) para su enterramiento.

Precaución en las excursiones

A pesar de que la procesionaria actúa de acuerdo a su ciclo biológico y que su baja presencia no supone un riesgo para las masas forestales, desde la Dirección General de Medio Natural se recomienda precaución a las personas que salgan a disfrutar del monte en los meses de febrero y marzo, cuando los enterramientos de procesionaria empiezan a ser visibles.

Lo más importante, para evitar el contacto con los pelos urticantes de estas orugas es «evitar el paso por masas forestales donde se aprecien los bolsones, y en particular en los días de viento».

Debe tenerse además especial atención con las mascotas, «pues al comerlas u olfatearlas pueden producirse cuadros alérgicos que afecten seriamente a los animales», añaden. Los pelos urticantes se dispersan cuando son molestadas produciendo irritación en piel y mucosas de las personas o animales que están cerca.

Avisos

La subdirección General de Política Forestal de la Comunidad Autónoma suele recibir avisos, comunicaciones telefónicas, escritos, etc. de ayuntamientos, asociaciones o particulares, demandando que se traten superficies afectadas por esta plaga. Avisos y llamadas que «se atienden y agradecen para poder tomar las medidas oportunas».

También el Ayuntamiento de Murcia tiene un teléfono permanente de atención a los ciudadanos (el 620 860234) y el 968 271631 que funciona de 8.30 a 14 horas y de 16 a 19 horas de lunes a viernes.

La concejalía de Modernización de la Administración, Calidad Urbana y Participación, que dirige José Guillén, a través del Servicio de Parques y Jardines, inició en febrero del año pasado un tratamiento en más de 2.500 pinos de Murcia y pedanías. Los técnicos emplean diversos sistemas para la eliminación de esta plaga, tanto con tratamientos con productos específicos, como con la retirada manual de los nidos, además de la endoterapia. Es un sistema no invasivo que permite inyectar una sustancia a los árboles que absorben hasta la savia y que actúa contra las plagas.

En Alicante han llegado tres meses antes de lo habitual

En el monte alicantino de Benacantil la procesionaria ha llegado tres meses antes de lo habitual. Las altas temperaturas y la falta de agua (apenas ha llovido desde el mes de noviembre) provocan que la oruga ya esté en el suelo. El problema se agrava por la desaparición de los animales depredadores, como el herrerillo, la abubilla y el murciélago, que tradicionalmente han mantenido a raya a estas urticantes orugas. Estos incómodos habitantes colonizan sobre todo los pinos carrascos, la especie más común de este tipo de árbol, que ha aprendido a 'convivir' con la oruga.