«Iba a subir con el carrito de mi bebé, que tiene un mes, y pedí que me sacaran la rampa. Como pesa... Y yo tengo la cesárea hecha. Y la respuesta es que la rampa solo era para minusválidos».

Así relata una joven, de nombre Miriam, el incidente que vivía ayer por la mañana en un autobús que cogió en el barrio de El Progreso para ir hasta el casco urbano de Murcia, junto a su hijo pequeño.

Según el testimonio de esta vecina, el conductor del vehículo no le dio facilidad alguna para poder acceder a este transporte público.

La única alternativa que le propuso, asegura la chica, es que «lo subiésemos nosotros», en referencia al carricoche. «Yo subirlo puedo, pero bajarlo no puedo», manifiesta, a lo que añade que entonces «le he preguntado que por qué no bajaba la rampa y me ha dicho que, si lo hacía, no llegaría a tiempo a las paradas».

Asimismo, Miriam destaca que el chófer le comunicó «que la empresa le ha dicho que no baje la rampa» a no ser que se presente un pasajero en silla de ruedas.

Al final, fue un joven el que ayudó a esta vecina a subir con su carricoche al bus, y fue otra chica la que la asistió para bajar. Ambos viajeros, «almas caritativas», considera.

Miriam, no obstante, quedó «sorprendida» con las excusas que puso el conductor para no facilitarle la rampa, así que manifestó su deseo de poner una queja ante la empresa que se encarga de este servicio.

«Es alucinante», insiste la joven, «porque es un medio de transporte público, y me parece una vergüenza» este modo de proceder, tiene claro.

Miriam valora que le haya sucedido este episodio cuando ella ya se encuentra «recuperada de la cesárea», puesto que, «si llego a coger este autobús hace dos semanas, que iba cosida, con grapas, a ver qué pasa».

El vehículo en cuestión era el 50, y la pasajera se subió en la parada de la iglesia del Barrio del Progreso.

La empresa lo considera "un malentendido"

Desde Autobuses LAT, la empresa responsable de este transporte público en Murcia, explicaron ayer que lo sucedido por la mañana en la línea 50 fue simplemente «un malentendido».

A este respecto, achacan a «una mala interpretación» de la pasajera el incidente, durante el cual, aseguran, el conductor del bus sí habría ayudado a la joven a subir el carricoche al vehículo.

Un portavoz de la empresa confirmó que, tal y como dijo Miriam que le había indicado el chófer, «la rampa solo se utiliza en casos de minusválidos», no para carros de bebés.

El motivo, «causas de trabajo», ya que el conductor del autobús tiene «que cobrar» el billete a las personas que se van subiendo.

En LAT señalaron que tenían constancia del episodio vivido por Miriam. Ante la pregunta de si estaba previsto tomar alguna medida sancionadora contra el chófer, la compañía apuntó que aún no se podía determinar.