Agentes de la Policía Nacional y Local de Murcia llevaron a cabo ayer una operación conjunta en el asentamiento chabolista de la población de Patiño que se saldó con 40 personas identificadas, aunque ninguna detenida, tal y como confirman desde el Cuerpo.

En concreto, en el operativo participaron miembros del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de la Comisaría del Carmen y de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional. En cuanto a la Policía Local, sus agentes llevaron a cabo labores de apoyo: por ejemplo, cuestiones relativas a la regulación del tráfico. La investigación propiamente dicha corresponde al Cuerpo Nacional de Policía.

El despliegue policial comenzaba a primera hora de la mañana de ayer y finalizaba sobre las once. Fuentes de la Policía detallaron que se trataba de «un operativo de prevención» en el cual la idea era identificar a quienes residen en esa zona, muchas veces en condiciones poco higiénicas. Y es que se trata de un lugar que en 2017 fue desmantelado por el Ayuntamiento, pero que volvió a levantarse. Decenas de personas con pocos recursos, en su mayoría extranjeras, viven ahí, bien en chabolas, bien en caravanas. Fuentes cercanas indicaron que en el asentamiento residen varios menores de edad.

Asimismo, los agentes movilizados comprobaron «que se cumplen las ordenanzas municipales», apostillan desde el Cuerpo. De ahí la presencia de la Policía Local, a quienes vecinos del poblado requieren habitualmente, señalan fuentes cercanas, para poner quejas por cuestiones relativas a este lugar.

De hecho, algunos vecinos alertaron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de que algunos residentes en las chabolas eran amigos de lo ajeno, y aseguraron que había objetos robados en las caravanas donde duermen. Sobre este asunto, el Cuerpo Nacional de Policía detalló ayer que no se ha recuperado en el operativo ninguna pertenencia susceptible de haber sido sustraída.

Horas después de la entrada de la Policía, la zona permanecía tranquila. Sillas de plástico blanco en la calle junto a un sofá que, en vez de un salón, quedaba instalado al aire libre. Telas y plásticos a modo de techo en las infraviviendas y personas que miraban con recelo a las cámaras. En el suelo, ventiladores, maderas y muchísimas bolsas. «Está lleno de basura», dicen los que viven cerca. Una situación que, aseguran, da lugar a que «prácticamente cada semana» haya algo ardiendo ahí. Bomberos y Policía Local de Murcia confirman que se movilizan a menudo para sofocar incendios en el poblado, aunque, por suerte, el fuego solo ha producido daños materiales.