Diez años entre rejas y la obligación de indemnizar a su víctima con 20.000 euros. Es la condena que la Audiencia Provincial ha puesto a un hombre que tiene ahora 74 años (tenía 71 cuando se produjeron los hechos) por abusar sexualmente de una niña.

La sentencia detalla que la víctima, que tenía 12 años de edad cuando sufrió el abuso, padece, a día de hoy, secuelas morales, como problemas de autoestima y una depresión «severa».

De hecho, apunta la Audiencia, la menor se marchó de la Región (en concreto, a Alicante, a vivir con su padre) cuando se enteró de que su atacante había salido de prisión provisional.

Los hechos que se consideran probados tuvieron lugar en el año 2015. El hombre, que era un conocido de la familia de la niña, aprovechó un momento que se quedó a solas con ella para «con ánimo libidinoso, meter su mano bajo la ropa interior de la menor, llegando a introducir un dedo en la vagina de la misma. A continuación, le subió la blusa, llegando a tocarle sus senos», se lee en el relato de hechos probados.

La víctima pudo escapar y relató a sus padres lo que le había pasado. Ellos denunciaron y el hombre fue arrestado al día siguiente. Del calabozo pasó a prisión provisional, donde estuvo cinco meses, hasta que salió, tras depositar una fianza de 4.000 euros.

En su defensa, el hombre siempre alegó que no había hecho nada y que la madre de la niña la habría manipulado para que, a su juicio, se inventase el abuso. El tribunal cree el relato de la menor (que tiene ahora 15 años) y los informes de los psicólogos que la han tratado durante este tiempo.

La Audiencia también establece en su sentencia que, cuando el septuagenario salga de la cárcel, ha de pasar siete años más en libertad vigilada. Y no podrá acercarse a su víctima ni comunicarse con ella por ningún medio.