Las excavaciones en el yacimiento de San Esteban ya están comenzando a dar sus primeros frutos, incluso más de los esperados. Los propios investigadores reconocen estar sorprendidos por los hallazgos y así lo pusieron de manifiesto ayer durante la visita que realizaron los miembros de la corporación municipal junto al alcalde José Ballesta y la consejera de Cultura, Miriam Guardiola, y en la que se anunció la ampliación del periodo de la Fase Cero.

El director de la excavación arqueológica, el profesor titular del Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la UMU, Jorge Eiroa, explicó, visiblemente entusiasmado por el trabajo que está desarrollando su equipo en San Esteban desde el pasado 20 de noviembre, que «la situación es más compleja de lo que preveíamos y, por tanto, el trabajo está siendo más lento, pero a la misma vez está siendo más enriquecedor».

En este caso, afirma que la excavación del oratorio «está dando sorpresas». Esta zona del yacimiento es un espacio que desempeñó una función religiosa de forma paralela al cementerio, zona que tuvo las funciones de oratorio o pequeña mezquita, a juzgar por los restos de la torre que se conserva y de un muro que arranca desde ella.

Hasta ahora se pensaba que los restos que iban a aparecer eran de época islámica. Sin embargo, los arqueólogos han hallado un muro cristiano perteneciente a un edificio religioso de una época posterior, que podría tratarse de una iglesia o ermita. El profesor Eiroa señala que «las dudas que nos planteaba el edificio nos ha obligado a hacer unos sondeos en los muros que interpretábamos como más tardíos y hemos podido constatar que la estructura que se anexa a esa torre es, como pronto, del siglo XIV, una obra con claridad cristiana y sobre la que no tenemos una hipótesis cerrada, hipótesis que esperamos tener en los próximos días gracias a nuevos sondeos».

El director de la excavación mantiene que los tres sectores de investigación que tienen abiertos (la fonda u hospedería, el cementerio y el oratorio) aún plantean muchos interrogantes por cerrar. Por lo que ahora tienen previsto ir resolviéndolos y ampliar la zona de excavación a la casa dos, junto a la uno, vivienda que tiene una superficie aproximada de 340 metros cuadrados, la segunda edificación de más extensión del arrabal de la Arrixaca y que podía compartir algún tipo de función con la primera.

Con respecto a las últimas novedades y hallazgos relativos las excavaciones en el yacimiento, que abarcan un área estimada de 900 metros cuadrados y en estos momentos alcanzan hasta un metro de profundidad en determinadas zonas, el equipo de arqueólogos de la UMU ha descubierto, hace tan sólo unos días, numerosas piezas de cerámica y vidrio en una de las estancias de la hospedería que estaría dedicada a la estancia de los comerciantes que acudían a la ciudad a vender sus productos y que se alojaban en ella, vendiéndolos luego en una especie de 'área comercial' que estaría al otro lado de la calle. «Se trata de hallazgos de alto valor arqueológico que, tras su restauración, podrían exponerse», informan desde el Ayuntamiento.

En los trabajos están participando una veintena de estudiantes en prácticas del Grado de Historia y del Máster en Historia y Patrimonio Histórico de la UMU.