Las peleas de gallos en la finca en la que se desarrolló la redada el pasado sábado no parece que sean algo esporádico, en virtud de la información que recabaron las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado de boca de varios de los detenidos, tal y como pudieron comprobar los abogados que los asistieron en los interrogatorios.

Según apuntaron varios detenidos, no fue una noche especialmente prolífica en cuanto a asistencia la noche del operativo policial. Tan sólo dos semanas antes hubo otro evento con «casi el doble» de implicados, relataron las mismas fuentes, quienes añadieron que si se hubiera desarrollado la operación ese fin de semana los arrestados habrían superado con creces el número que arrojó la redada del pasado sábado.

La Policía Nacional irrumpió en escena la noche del pasado sábado para evitar esta práctica ilegal y proceder a los arrestos. En la redada llevada a cabo también fueron 'liberados' varios gallos de pelea, de los que se ha hecho cargo el servicio de Zoonosis del Ayuntamiento de Murcia.

El Código Penal incluye las peleas de gallos como un delito de maltrato animal, concretamente en el artículo 337.4 recoge que aquellos encontrados culpables de tal delito «serán castigados con una pena de tres meses a un año de prisión», además de poder ser, a instancia y criterio del juez, inhabilitados desde uno a tres años para ejercer profesiones relacionadas con animales o la tenencia de los mismos. En este apartado entrarían también otros espectáculos similares, como las peleas de perros. Sin embargo, hay dos comunidades en las que no se hace cumplir este apartado : Canarias y Andalucía. En el caso andaluz, su ley de Protección Animal las prohíbe, con una excepción, las de «aquellas de selección de cría para la mejora de la raza y su exportación realizadas en criaderos y locales debidamente autorizados con la sola y única asistencia de sus socios», lo que prácticamente las convierte en legales a todos los efectos. En Canarias, se han iniciado los trámites para prohibirlas.