«Necesitamos más pisos». Así de contundente se muestra la responsable del Área Social de Jesús Abandonado, May Penín, que asegura que las 262 plazas disponibles se encuentran siempre a más del 90% de su capacidad. De hecho, cuando el frío aprieta y las temperaturas bajan al caer la noche, este porcentaje aumenta y, ahora, prácticamente no queda una cama libre en sus centros de acogida de larga estancia, de corta y media estancia, además de la pensión para personas con enfermedades mentales y 11 pisos tutelados.

Desde Jesús Abandonado se muestran agradecidos con la solidaridad de los murcianos, pero, lamentan, no es suficiente. «Toda ayuda es buena pero hace falta más: no solamente ayudas económicas, siempre necesitamos voluntarios para ampliar servicios y, sobre todo, pisos de acogida», explica Penín. Estos 11 pisos con los que cuentan ya permiten a los usuarios vivir «con autonomía».

Esos pisos que solicitan irían destinados, principalmente, a potenciar el proyecto 'Housing First', un proyecto pionero en Murcia puesto en marcha por Jesús Abandonado que se dirige a personas que llevan en la calle más de cinco años y que nunca han acudido a un centro de acogida. De este modo, Jesús Abandonado les ofrece un pequeño apartamento individual junto a uun programa de acompañamiento desarrollado por un equipo compuesto por psicólogos y educadores. «No les prohibimos que beban, por ejemplo, ni les obligamos a medicarse», explica, pero «el cambio en sus vidas es casi inmediato y mejorar rápidamente». Es en estos casos en los que se comprueba que «la primera necesidad que tenemos es la vivienda». Así, «se centran en sí mismos y en sabér qué quieren, empiezan a formarse y a cuidar su salud».

Pero Jesús Abandonado no es solo comer y dormir. Sus voluntarios permiten que unas 600 personas en Murcia puedan comer cada día, pero también que las personas más necesitadas puedan acceder a servicios como podología, ginecología, formación y actividades de ocio saludable.