Hay dos tradiciones muy queridas en la ciudad de Murcia todos los 6 de enero: abrir los regalos de los Reyes Magos y ver a los huertanos Jusepe y Rebeca narrar la llegada de sus majestades de Oriente hasta Judea para conocer al Mesías, recién nacido. El Auto de los Reyes Magos, representado por la asociación del mismo nombre de Churra, volvió a hacer las delicias ayer de los que no se quisieron perder la lamentación de Herodes (representado por Francisco Sánchez) por el temor a perder su corona y su reino o la tentación del demonio Luzbel, llegado del infierno, al rey en una magistral interpretación de ambos actores que dejaron un muy buen sabor de boca. Este hecho consiguió distraer a los asistentes del frío que asolaba el anfiteatro del jardín de la Seda, una ubicación que acogió por primera vez esta representación, ya que tradicionalmente siempre se ha realizado en la plaza Belluga de Murcia.

Con ese tradicional panocho lírico de Jusepe y Rebeca, ambos huertanos representan a los protagonistas de una obra que con su interpretación se dice adiós a la Navidad en la ciudad de Murcia. La puesta en escena, donde se puede apreciar el pesebre donde nace el Niño Jesús y el palacio del rey Herodes, es una parte esencial del detallismo que los vecinos de Churra, pertenecientes a la asociación que interpreta el Auto, ponen sobre su creación.

Impulso al mercadillo del jardín

Impulso al mercadillo del jardínLa interpretación del Auto de los Reyes Magos en el jardín de la Seda sirvió de impulso al mercadillo navideño del parque, que ayer contó con más asistencia tras unos días sin mucha presencia de público.