Como un corazón que recibe y bombea la sangre para que funcione el cuerpo. Así trabaja el gran Colector Central de Murcia, una instalación a la que van a parar el 60 por ciento de las aguas residuales y de lluvia del municipio de Murcia y desde donde son bombeadas para ser tratadas en las estaciones depuradoras. Concretamente, el agua que llega hasta este punto se deriva a la Depuradora Murcia-Este Rincón del Gallego, donde ya se somete al proceso habitual para ser recuperada.

El edificio es del año 2000 y aunque pertenece a la Entidad de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Región de Murcia (Esamur), la encomienda de gestión la tiene el Ayuntamiento de la capital, quien lo ha dejado en manos de la empresa municipal Aguas de Murcia, que es la responsable de su funcionamiento y supervisión. El edificio del Colector Central de Murcia resulta muy llamativo y quizá muchos de los usuarios que circulen por Miguel Induráin se hayan preguntado en más de una ocasión qué se esconde detrás de ese gran cilindro acristalado que hay en medio de un solar en esta zona de paso y crecimiento de la ciudad.

Desde Aguas de Murcia explican que precisamente por estar en una zona muy próxima al núcleo urbano de la ciudad «se hizo este diseño tipo chimenea de evacuación con el fin de elevar los olores hacia arriba y evitar molestias a la población del entorno». Un bloque de hormigón redondo de más de doce metros de altura y 14 de profundidad que se encarga de 'gestionar' la mayor parte del agua residual y pluvial del municipio. Precisamente el Colector Central de Murcia es la primera de las instalaciones de Aguas de Murcia que han visitado los bomberos de la capital en la serie de visitas que tienen previsto llevar a cabo para conocer los posibles riesgos que se puedan producir y cómo actuar ante una emergencia.

Tras el colector, está previsto que los bomberos conozcan también la potabilizadora y la Depuradora Rincón del Gallego. «Queremos que los bomberos conozcan las principales instalaciones que tenemos y testear con ellos nuestros planes de autoprotección para ver cómo funcionan», explica el responsable de Procesos de Aguas de Murcia, Daniel Martínez.

La capital de la Región cuenta con una red de alcantarillado formada por 1.600 kilómetros, a los que se unen 200 kilómetros de colectores de 1,5 metros de diámetro y que recogen las aguas residuales y pluviales. Murcia tiene la peculiaridad de que recoge las dos aguas (residuales y pluviales) a través de la misma red, mientras que otras ciudades lo hacen por separado sin mezclarlas.

Daniel Martínez señala que además del Colector Central, en todo el término municipal hay otros 80 bombeos menores de aguas residuales que permiten salvar la red de acequias e impulsar el agua. Anualmente mueve una cantidad cercana a los 22 hectómetros cúbicos de agua, el equivalente a un trasvase mensual del Tajo. Y sólo en el fin de semana de mediados de noviembre, cuando se registraron fuertes tormentas en el municipio, llegó a recoger más de 600.000 metros cúbicos.

Zarandona, zona inundable

Cuando el cilindro de cemento abre sus puertas se puede ver la inmensidad de la instalación. El olor de las aguas residuales que entran y salen del Colector Central, apenas imperceptible desde el exterior, se convierte en el protagonista y se puede observar la instalación trabajando, con unas boyas que van marcando la altura del agua. «Esto nunca se inunda, ya que el volumen de la cántara es de 3.000 metros cúbicos que van entrando y saliendo, aunque si alguna vez pasara el agua saldría hacia el río», indica el responsable de Procesos de Aguas de Murcia. Preguntado por las zonas más problemáticas cuando llueve, Daniel Martínez recuerda que la zona de Zarandona es la que primero se suele inundar, ya que es el punto más bajo. Mientras que la Costera Sur (Los Garres-Beniaján) no suele registrar problemas al tener el azarbe de Terraroya y al ser un espacio menos urbanizado.