La Concejalía de Comercio, Organización y Relaciones Institucionales de Murcia ha puesto en marcha dos campañas de inspección específicas sobre los productos alimenticios demandados en Navidad que se extenderán a más de 700 establecimientos.

Una de ellas, de información al consumidor, y otra, de control y vigilancia, tienen como objetivo asegurar la calidad sanitaria de los productos alimenticios típicos: carnes y productos cárnicos, pescados y productos de la pesca, pastelería, confitería y demás dulces navideños.

La campaña informativa quiere hacer llegar una serie de recomendaciones que se deben tener en cuenta al hacer la cesta de la compra, como la correcta información sobre identificación, etiquetado y precios de los productos alimenticios y el almacenamiento y conservación de los alimentos y características de los pescados, moluscos, crustáceos, carnes, dulces, turrones, mazapanes y cavas.

En cuanto a la campaña de control y vigilancia -que se inició el 11 de noviembre y se prolongará hasta el 31 de enero-, la Concejalía ha dispuesto un operativo, al igual que años anteriores, a través del Servicio de Inspección de Consumo, para incrementar las inspecciones en los establecimientos que expenden alimentos. Se pretende comprobar los requisitos de seguridad alimentaria de sus instalaciones, la calidad sanitaria de los productos que elaboran y venden y la documentación que avale la trazabilidad de los mismos.

Pese a que en años anteriores no se han detectado anomalías destacables, «es necesario mantener el control precisamente en la época de mayor consumo», explican fuentes municipales.

En la campaña se hará hincapié en la correcta información del etiquetado, precios y, sobre todo, la conservación de los productos mediante el mantenimiento de la cadena de frío.

El año pasado los inspectores realizaron controles específicos que incluyeron no sólo la toma de temperatura de los alimentos expuestos y almacenados, sino también la verificación de que los propios establecimientos realizan autocontroles eficaces de sus aparatos refrigeradores, mediante la comparación de las temperaturas obtenidas por los termómetros calibrados de la inspección con las que marcan los instrumentos de medida de sus instalaciones frigoríficas.