Ver a la Virgen de la Fuensanta. Ese era el deseo de un paciente atendido por los profesionales de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Morales Meseguer de Murcia. La enfermedad que padece hace que este paciente murciano esté prácticamente al final de su vida, lo que ha hecho que la Fundación Ambulancia del Deseo ponga en marcha la maquinaria para hacer realidad esa última cosa que el enfermo no quería dejar pasar.

En la tarde de ayer, técnicos en emergencias sanitarias de la empresa Martínez Robles, trasladaron a este paciente desde el centro sanitario murciano al Santuario de la Fuensanta, en la pedanía de Algezares, donde pudo disfrutar de las vistas desde el mirador, contemplar su fachada e, incluso, asistir a la misa de las cinco de la tarde sin salir de la camilla. Se quedó sin palabras mientras disfrutaba de los rayos de sol de las cuatro de la tarde sobre su rostro, contemplando la ciudad desde lo alto del monte, donde no había estado desde hace 26 años, cuando acudió a la boda de una sobrina.

«Esto es la felicidad. Ya he cumplido con mi ángel de la guarda», aseguraba al ser preguntado por cómo se sentía en ese momento. El paciente nunca ha sido un hombre muy religioso, indica uno de sus hijos, aunque cuando se le dio la opción de elegir algo que le gustaría hacer y que antes no había podido, cualquier cosa, no lo dudó. «Dijo que quería ver a su virgen, la Virgen de la Fuensanta», afirma su hijo, quien incide en que en estos últimos días estaba muy flojo, pero «la salida de esta tarde parece que le ha dado una inyección de energía».

Más de una decena de familiares acudió al Santuario de la Fuensanta en la tarde de ayer para acompañar al anciano en este momento tan importante. Su mujer, sus dos hijos, su yerno, sobrinas y hasta su suegra le arroparon en este momento.

Junto a ellos estuvieron en todo momento José Manuel Salas y Manuel Pardo, médico y enfermero del 061 impulsores de la Fundación Ambulancia del Deseo, quienes han luchado por poner en marcha en tiempo record esta iniciativa pionera en España y que ha arrancado en Murcia.

Pardo explica a LA OPINIÓN que les avisaron de la petición de este paciente la semana pasada y para ello han tenido que acelerar todos los trámites por su estado de salud, hablando con los médicos, el vicario de la Catedral y el sacerdote del Santuario, don Tomás. Este es el segundo deseo en el que interviene la Fundación en la Región de Murcia. El primero fue el caso de Ana, una señora de 78 años con obesidad mórbida que quería disfrutar de la playa por primera vez y que pudo bañarse en San Javier.