Atender a las personas mayores desde una perspectiva global, no sólo física mediante un tratamiento farmacológico, es el objetivo del proyecto que han puesto en marcha tres profesionales del centro de salud Floridablanca de Murcia y que ha comenzado a dar muy buenos resultados entre los pacientes de mayor edad. Ellas son la médico de familia María Dolores Caldero, la enfermera Margarita Cerezo y la trabajadora social Juana Teresa Jiménez, quienes tras percibir que la población que suelen atender está formada en su mayor parte por ancianos con alto índice de vulnerabilidad, muchos de los cuales viven sólos en sus domicilios y en edificios con problemas de accesibilidad al estar en un barrio antiguo, decidieron ponerse manos a la obra e intentar mejorar la atención que les prestan y también su estado de salud física, psicológica y emocional.

«En el día a día detectamos una población con un deterioro importante en salud, no sólo biológicamente, sino también en lo psicosocial», lo que llevó al equipo de Atención Primaria a plantearse si realmente conocían los contextos y la situación en la que viven las personas mayores de la zona de salud para intentar comprenderlos, explica Cerezo. Ya que «para actuar en el campo de la prevención es necesario contar con la subjetividad y entrar en el mundo de las personas».

Por ello, hace ahora un año emprendieron el abordaje de la cronicidad y la prevención de la fragilidad y caídas en el anciano con una visión global (física, psíquica, cognitiva y social) en un proyecto en el que se han implicado todos los profesionales del centro de salud Floridablanca en el que se trataba de identificar y valorar la fragilidad, realizando intervenciones preventivas de tratamiento y seguimiento con el objetivo puesto en lograr una mayor calidad de vida anticipándose a los estados de dependencia o incluso revirtiendo los síntomas en algunos casos. Margarita Cerezo explica que tras hablar entre ellas decidieron proponer la iniciativa en la reunión semanal que hacen en el centro de salud con todo el equipo y «a todos les pareció bien, así que nos pusimos a buscar otros proyectos similares que se estuvieran desarrollando en España y así poder lanzarnos a ponerlo en marcha aquí».

Taller de ejercicio físico

Dentro de la atención integral se propuso como actividad preventiva la organización de un taller de ejercicio físico en el que los participantes han trabajado aspectos como la flexibilidad, fuerza muscular y equilibrio, para la mejora funcional y la prevención de caídas. En él participaron unas treinta personas (25 mujeres y 5 hombres), quienes acudían dos días a la semana a sesiones de una hora y media durante dos meses.

Los pacientes de la zona que han participado en el proyecto del ‘Anciano frágil’ son personas de unos 70 años o mayores de esa edad y principalmente mujeres. Cuando llegaban a la consulta sus médicos o enfermeros les invitaban a participar en el proyecto informándoles de los contenidos de la actividad. Por ello se les realizaba una valoración física, psicosocial y funcional con un método personalizado en cada uno de los casos.

En el taller se trabajó la fuerza muscular, la flexibilidad y el equilibrio, así como ejercicios cognitivos con dinámicas de grupo, y fue coordinado por una enfermera y un graduado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte que fue aportado por la Obra Social ‘la Caixa’, quien también se volcó con el programa impulsado desde el centro de salud Floridablanca. Además del taller, la trabajadora social del centro se encargó de elaborar un mapa con los recursos que ofrece el barrio a las personas mayores, itinerario en el que incluyó zonas de paseo, centros sociales, jardines y espacios en los que se ofrecen actividades de las que se pueden beneficiar.

Mayor autonomía

Tras volver a valorar el estado en el que se encontraban los mayores «vimos que habían mejorado muchísimo», afirma la doctora, ya que todos los que habían participado en el taller mejoraron el equilibrio, la fuerza muscular y la velocidad de la marcha, pasando de un estado frágil a prefrágil o de un estado prefrágil a uno de autonomía. Las conclusiones del proyecto ‘Anciano frágil’ recogen que invitar a los mayores a moverse es mucho más que el simple movimiento físico, ya que ese gesto se ha transformado en movimiento emocional y social. La enfermera Margarita Cerezo reconoce que «la experiencia nos ha ayudado a conocer un poco más a nuestros pacientes y a comprender desde otra perspectiva los problemas que traen a la consulta sabiendo también cómo viven y qué desean los mayores». Los profesionales sanitarios han visto que se mueven poco, tienen problemas de soledad, valoran los estímulos que se les aportan y aumenta su alegría. De ahí que hayan decidido continuar con el proyecto y ya están preparando la segunda edición.